lunes, 14 de diciembre de 2015

El dominio de las calizas marmóreas: un paseo por las canteras de La Romaneta, Alicante.


      

        El dominio de las calizas marmóreas: un paseo por las canteras de La Romaneta, Alicante.


                                       
                                                                          La Romaneta.

     
En el interior de Alicante abundan las canteras de piedra caliza, explotadas desde antiguo como piedra ornamental y en la construcción. Cerca de los municipios de La Romana y La Algueña se encuentra la pedanía de La Romaneta. Un sitio tranquilo, de pocos habitantes, dominio de los pinos en los montes y parajes incultos, cuyas copas resaltan los caseríos, y de la vid, el olivo y el almendro.


                                                    Cielos limpios del interior de Alicante.

La naturaleza se conserva relativamente limpia, aunque el paisaje muestra la mano del hombre en aterrazamientos de piedra seca, en casas dispersas del color de la tierra por el revoco. Es tierra de vinos fuertes por su contraste térmico entre veranos e inviernos. 




Ya se ha recogido la aceituna. Cantos de tonos rojizos en los bancales.


En las crestas de algunas sierras de escasa elevación aparecen las canteras, antiguas y abandonadas unas, o en explotación, predominando la piedra blanca, otras veces roja. 
                                                                Canteras de Cavarrasa.


De las canteras se extraen grandes bloques de piedra perfectamente cortados por abrasión, que luego se trabajarán para obtener placas. Los desechos se emplean como gravas. Estas canteras presentan el aspecto de inmensos castillos, con niveles y bancadas conformadas por cubos.

           Caserío en el acceso a las canteras. Huele a leña y las fachadas se integran en el paisaje.

Son rocas poco metamorfizadas, aunque se las denomine mármoles, con abundantes venillas y cavidades de calcita y aragonito, poco homogéneas. Su valor estriba en la coloración natural, un limpio color marfil o un hermoso rojo, llamado rojo Alicante, con vetas blancas, con aspecto de mármol romano antiguo.


                                    Costras de hierro y manganeso en las calizas marmóreas.


Se lo otorga a la caliza la presencia de hierro, que esporádicamente forma costras de poco espesor en las cavidades, llegando incluso a rellenar los moldes internos de gasterópodos y braquiópodos fósiles. Esta hematites férrica debe contener una porción de manganeso, pues el color va del marrón oscuro al negro azulado ligeramente metálico.

             Terebratula, braquiópodo fósil cuyo molde interno se ha rellenado con hematites.

Los placados con estas calizas marmóreas salpican las fachadas de casas antiguas de toda esta parte de la provincia. A veces se labraban macizos para fuentes ornamentales, escalones, retablos u otros usos constructivos. 

                                               Restos de corte del  mármol rojo Alicante.

La industria extractiva se complementa con la posterior manipulación de los bloques hasta obtener, por corte sucesivo y pulido, placas de distintas medidas en función de su destino, y ello en grandes y también pequeñas industrias y talleres dispersos por la comarca y concentrados en pueblos como Monóvar, Novelda, Pinoso, Elda y Petrel, es decir, el Vinalopó medio. Hay huellas de esta actividad humana por doquier, en forma de escombreras de restos del manipulado.

                                      Fractura formando ondulaciones concoides en la caliza.

                                            Bloques sin aprovechamiento de caliza blanca.

 
  Calizas descartadas durante el proceso de corte
     de placas por presentar grietas, venas, cavidades....
 
Los sembrados están cubiertos de cantos de estas calizas, poco rodados, con aristas a pesar de su poca dureza. No aparece el sílex, ni he encontrado arcillas de interés. Me ha llamado la atención una enorme cantidad de ladrillos vertidos en montones cubriendo una gran superficie, en buena parte quemados, pasados de horno, presentando las típicas deformaciones plásticas y algunos de color marrón verdoso.

                                                    Escombrera de ladrillos sobrecocidos.

                                       Aragonito mamelonar en las cavidades de las calizas.

                                         
                                                  Bloques marmóreos, blancos y rojos.

 No ha sido una mañana aprovechada en la recogida de muestras de arcillas, aunque el paseo ha sido agradable. La próxima prospección será por la llanura litoral de mi pueblo, en busca de barros gredosos, pues quiero reproducir unas jarritas para agua medievales y sé dónde encontrar el material apropiado en estado natural.

                                             Mármol blanco marfil veteado. La Romaneta.

                                             Un ambiente muy natural. Y frío en invierno.








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