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viernes, 15 de marzo de 2019

Las minas de hierro del Cabezo del Charco.





Las minas de hierro del Cabezo del Charco.



Hematites especular del Cabezo del Charco.

En la Solana de Carrascoy, al suroeste, entre el lugar donde la Rambla de las Loberas confluye con la Honda, y a poniente de la Rambla del Puntalico, está el Cabezo del Charco, diputación de Los Almagros en término de Fuente Alamo, Murcia.



Camino a las minas del Cabezo del Charco.

Una serie de escombreras oscuras en la falda sur del dicho Cabezo delatan en el paisaje antiguas trabajos mineros.

Escombreras de rocas carbonatadas de caja.

La solana de Carrascoy es abundante en estos pequeños criaderos de hierro que fueron abandonados a principios del siglo XX. Poca era la ganancia, empezando por la pobreza en volumen de los filones. Aunque la ley del mineral era aceptable, su acarreo hacia Cartagena lo encarecía mucho.


Esparto en floración. 

El paisaje es pobre en vegetación, con pino de repoblación, espartizal, espinos, romero y tomillo. La floración del esparto levanta por todas partes islas redondas de espigas. En los bancales los algarrobos o los almendros surgen en un mar de cantos de ángulos redondeados, de tamaño medio a grande, que casi tapan la tierra, abundando las calizas, ofitas verdes y pizarras grises.

Cantos rodados multicolores tapizan los bancales de alrededor.

La excursión obliga a atravesar cotos de caza, donde campan conejo y perdiz.
Como continuación al artículo que dedicamos a las minas de Los Almagros, recorreremos las labores que salpican el piedemonte en cuatro puntos próximos entre sí, a poniente de la mina que, con su casa y restos de instalaciones, visitamos antes.

Ofitas rodadas en los bancales.

Con ello ampliamos la información sobre la minería del hierro murciana, a la que hemos dedicado cinco entradas de este blog: sobre las hematites de Santomera, el hierro de Almendricos, en la Sierra de Enmedio, la mina del Cabecico del Rey en Valladolises, y las magnetitas de la Mina Edison de Cehegín.


Escombreras de las minas de Los Almagros, Cabezo del Charco.

Aquí se explotaron filones y bolsadas de oligisto micáceo junto a la hematites roja y parda, que rellenan cavidades kársticas, en una sucesión de agrupamientos de pequeñas labores.
La caja en que arman son calizas alpujárrides, de color marrón, asociadas a metabasitas.
Las escombreras derraman bloques de duras calizas de color marrón oscuro sobre las rocas grises del monte. Vemos socavones que buscaban el filón, algunos pozos colmatados y rozas que ascienden monte arriba.
De poniente a Levante, las concesiones que agrupan los minados se corresponderían con Rosicler, Castelar y Ana María.


Rocas metamórficas en el camino de acceso.

En el camino de acceso llama la atención la presencia en un área de filitas plateadas alpujárrides de hermoso brillo sedoso.

Filitas de Carrascoy.

Estas filitas del Cabezo del Charco corresponden al Alpujárride.

Las brechas cementadas por carbonatos son muy compactas y de color anaranjado.


Brecha. Cabezo del Charco, Los Almagros, Fuente Alamo, Murcia.

Las brechas se llaman poligénicas cuando los cantos que encierran son de distinta composición.

Escasean las muestras de hematites micácea, que aparece muy diseminada en la superficie de algunos bloques. Algunos filones de calcita de tonos bandeados presentas estructura de cristales alargados apiñados en abanico.

Calcita con hermoso color vinoso.

Algunos filones de calcita presenta un bandeado bícromo de bello aspecto.

Encontramos asomos ofíticos en la base, a pie de camino, estando bastante descompuesta la roca, y en algún punto aparecen laminillas de oligisto brillante entre las arenas de la diabasa meteorizada.


El contacto con las ofitas es determinante de las zonas mineralizadas.

Laminillas de oligisto especular en la ofita meteorizada.

Más a Levante, el camino nos lleva hasta las ruinas de unas casitas de mampostería, que visitamos anteriormente, donde el oligisto especular es más abundante y aparece con profusión la cuarcita blanca, a menudo debajo de una capa de calcita del mismo color. 

Casa almacén de las minas.

Bloque de hematites utilizado como mampostería.

Este área, que algunos excursionistas denominan del Cabezo Negro, sin que lo haya podido constatar en cartografía, correspondería a las concesiones Regia y La Liebre, aunque sin poderlo asegurar.


Pozo minero.

No hay otra pretensión en estos humildes artículos que el disfrute personal, el poder compartir estas excursiones que nos enseñan un poco de geología y de la historia de los hombres y de los pueblos. 


Hermoso ejemplar de oligisto especular. Cabezo del Charco.

Detalle del hábito hojoso.

Esta era la mena más pura que buscaban. Oligisto especular.

Otra muestra de hematites.



Pronto el calor primaveral, envuelto en aromas, nos hace desear un poco de sombra y agua. Una vez más reflexiono sobre la extrema dureza de la tarea de aquellos que arrancaron de la roca durísima estos bloques, que los movieron aquí o allá, para extraer un poco de mineral. Un trabajo extenuante y seguramente de ínfima rentabilidad por míseros que fueran los salarios. Otros tiempos, gracias a Dios. Mi homenaje a estos hombres que aquí encontraron con qué sostener un tiempo su casa y familia con el sudor de su frente, la espalda rota y los dedos machacados.

Un bonito recuerdo.

domingo, 14 de mayo de 2017

Rocas verdes, hematites y arcillas de Santomera.


Rocas verdes, hematites y arcillas de Santomera.



El Pico Bermejo de Santomera.

En la provincia de Murcia se encuentran abundantes metabasitas, en general como coladas eruptivas en materiales carbonatados.
Estas rocas, reconocibles en el paisaje por su coloración, a veces contienen minerales apreciados por los coleccionistas, por lo que son objeto de exploración.


Frente de cantera de diabasas en Santomera.

En Santomera, nada más salir de la población en dirección a Murcia, a un lado y otro de la carretera se aprecian rocas verdosas al pie de unos cerros de coloración rojiza. Son los afloramientos de metabasitas del Pico Bermejo, explotados hace años para gravas y ripios. 


Diabasas de Santomera.

Entre estas rocas aparecen llamativos brillos metálicos: la hematites de hierro, generalmente pulverulenta y muy brillante, en filoncillos verticales que rellenan las fisuras de las diabasas a veces con un cierto espesor, y otras veces como fina cubierta superficial, de brillo de espejo, pues en estos casos permanece el hábito de hoja o especular, más resistente que el pulverulento a la erosión. 

Hematites de Santomera.


De esta condición, especular, lo son también las hematites del túnel y barranco de las Minas de Orihuela, las que acompañan a la jumillita de la Celia o las del cabecico del Rey de Valladolises.
La zona está formada por calizas y dolomías, con intercalaciones de yesos y metabasitas.


Hematites de Almendricos, Murcia.


Hematites especular de la Celia, Jumilla.


Presencia de hierro y cobre en las diabasas de Almendricos.

Las mineralizaciones de esta zona han sido estudiadas por R. Arana, M. Jaén y R. Ortiz, de la Universidad de Murcia. Uno de sus estudios está centrado en las arcillas que acompañan estas diabasas, como productos de su alteración y meteorización.

Acopio de diabasas.


Las metabasitas son rocas ígneas básicas que han sufrido un proceso metamórfico.
A este grupo pertenecen las rocas conocidas con la denominación de ofitas, nombre que se aplicó hace muchos años por el aspecto visual, unas diabasas con una coloración verdosa y abundantes manchas blanquecinas.


El color de las ofitas es reconocible en el paisaje.

Químicamente estas diabasas pertenecen a la familia de las diabasas y basaltos, y su textura es a veces ofítica, y a veces porfídica, esto es, una trama de cristales de feldespato en cuyos intersticios se encuentran otros de piroxeno o anfíbol.
Las características de las metabasitas varían grandemente de unos afloramientos a otros.
También varían el tipo y en la intensidad de los procesos geológicos formadores de estas rocas, especialmente puede variar la acción del metamorfismo alpino, que puede ser inexistente o manifestarse en grado bajo o medio.



Polvo brillante de la hematites de Santomera.

Es también variable la actividad hidrotermal asociada a la etapa de tectonización, por lo que los minerales acompañantes pueden ser muy distintos entre afloramientos.
A escala del afloramiento, las metabasitas presentan marcadas diferencias en cuanto a la coloración, coherencia y grado de alteración, que reflejan los mecanismos de intrusión y posterior enfriamiento, que comportan una paragénesis metamórfica sobre la magmática, es decir, una nueva transformación en condiciones de menor presión y temperatura.


Calcita espática de las mineralizaciones de las diabasas de Santomera.

La actividad mineralizante en estas rocas ha continuado debido a la acción de soluciones derivadas de la transformación y alteración de minerales previos, con diferencias locales. El fuerte diaclasado ha proppiciado esta alteración. En la mayoría de los afloramientos aparecen rellenos de óxidos de hierro y calcita. Más raramente, como en el cabezo Negro de Albatera, cuarzo.


Calcita con hematites. Santomera.

Destacan los autores como significativa la presencia de talco en el afloramiento de Santomera, probablemente originado por transformación hidrotermal de estas rocas debido a la acción de fluidos ricos en magnesio.

La edad de las metabasitas la relacionan con la de las rocas encajantes y los correspondientes movimientos tectónicos del área. Su afectación en mayor o menor grado por el metamorfismo alpino, indicaría que la intrusión se produjo antes que la tectónica de mantos de corrimiento, y por ello se las considera triásicas.


Filón de hematites de Santomera.

De entre los minerales acompañantes es abundante y reconocible a simple vista la hematites, diseminada en la trama en forma de haces de cristales prismáticos y tabulares, que deja una trama porosa, interpretada por los citados autores como reflejo de su carácter tardío y cristalización en medio abierto. Algunas calcitas de los rellenos de las diaclasas presentan carácter espático de exfoliación limpia, como las que abundaban en la extinta cantera del Mos del Bou de Albatera.


Cerro en la zona al sur de la carretera general,. A su pie continua la explotación de diabasas.

Según un estudio de estos autores sobre las arcillas producto de la meteorización de estas metabasitas de Santomera (Murcia), su principal componente es una esmectita de la serie beidellita-nontronita, 
con cantidades menores de clorita, anfíbol, ilita y, ocasionalmente, talco.


Relleno de las diaclasas con hematites.



La zona es árida.


En una posterior visita hemos explorado la zona del otro lado de la carretera general, siempre al sur del Cerro o Pico Bermejo.


Cerro o Pico Bermejo


Un frente de diabasas de escasos metros de altura corre perpendicular a la carretera, y una explanación del terreno invadida de maleza delata la zona de laboreo de la antigua explotación de los filones de hematites.

Frente de diabasas muy meteorizadas.


Espejos de falla. Estas superficies de contacto presentan una coloración rojiza, y cierran los rellenos de hematites.

Algunas masas de hematites expuestas a la intemperie durante años presentan mayor compacidad.

Las masas arrancadas de los filones presentan un carácter más deleznable y pulverulento.

A ras de suelo aflora algún filoncillo.  Alguno presenta un brillo micáceo y coloración rojiza.

Aspecto filoniano de la hematites.

Las masas de hierro a veces se presentan como bolsadas en las fisuras de las ofitas.

La mena es brillante y de elevada pureza.

Más raros son los fragmentos de masas escamosas casi negras, de gran brillo y belleza.