Las minas de hierro del
Cabezo del Charco.
Hematites especular del Cabezo del Charco.
En la Solana de Carrascoy,
al suroeste, entre el lugar donde la Rambla de las Loberas confluye
con la Honda, y a poniente de la Rambla del Puntalico, está el
Cabezo del Charco, diputación de Los Almagros en término de Fuente
Alamo, Murcia.
Camino a las minas del Cabezo del Charco.
Una serie de escombreras oscuras en la falda sur del
dicho Cabezo delatan en el paisaje antiguas trabajos mineros.
Escombreras de rocas carbonatadas de caja.
La
solana de Carrascoy es abundante en estos pequeños criaderos de
hierro que fueron abandonados a principios del siglo XX.
Poca era la ganancia, empezando por la pobreza en volumen de los
filones. Aunque la ley del mineral era aceptable, su acarreo hacia
Cartagena lo encarecía mucho.
Esparto en floración.
El
paisaje es pobre en vegetación, con pino de repoblación,
espartizal, espinos, romero y tomillo. La floración del esparto
levanta por todas partes islas redondas de espigas. En los bancales
los algarrobos o los almendros surgen en un mar de cantos de ángulos
redondeados, de tamaño medio a grande, que casi tapan la tierra,
abundando las calizas, ofitas verdes y pizarras grises.
Cantos rodados multicolores tapizan los bancales de alrededor.
La
excursión obliga a atravesar cotos de caza, donde campan conejo y
perdiz.
Como
continuación al artículo que dedicamos a las minas de Los Almagros,
recorreremos las labores que salpican el piedemonte en cuatro puntos
próximos entre sí, a poniente de la mina que, con su casa y restos
de instalaciones, visitamos antes.
Ofitas rodadas en los bancales.
Con
ello ampliamos la información sobre la minería del hierro murciana,
a la que hemos dedicado cinco entradas de este blog: sobre las
hematites de Santomera, el hierro de Almendricos, en la Sierra de
Enmedio, la mina del Cabecico del Rey en Valladolises, y las
magnetitas de la Mina Edison de Cehegín.
Escombreras de las minas de Los Almagros, Cabezo del Charco.
Aquí se explotaron filones
y bolsadas de oligisto micáceo junto a la hematites roja y parda,
que rellenan cavidades kársticas, en una sucesión de agrupamientos
de pequeñas labores.
La
caja en que arman son calizas alpujárrides, de color marrón,
asociadas a metabasitas.
Las
escombreras derraman bloques de duras calizas de color marrón oscuro
sobre las rocas grises del monte. Vemos socavones que buscaban el
filón, algunos pozos colmatados y rozas que ascienden monte arriba.
De
poniente a Levante, las concesiones que agrupan los minados se
corresponderían con Rosicler, Castelar y Ana María.
Rocas metamórficas en el camino de acceso.
En
el camino de acceso llama la atención la presencia en un área de
filitas plateadas alpujárrides de hermoso brillo sedoso.
Filitas de Carrascoy.
Estas filitas del Cabezo del Charco corresponden al Alpujárride.
Las
brechas cementadas por carbonatos son muy compactas y de color
anaranjado.
Brecha. Cabezo del Charco, Los Almagros, Fuente Alamo, Murcia.
Las brechas se llaman poligénicas cuando los cantos que encierran son de distinta composición.
Escasean
las muestras de hematites micácea, que aparece muy diseminada en la
superficie de algunos bloques. Algunos filones de calcita de tonos
bandeados presentas estructura de cristales alargados apiñados en
abanico.
Calcita con hermoso color vinoso.
Algunos filones de calcita presenta un bandeado bícromo de bello aspecto.
Encontramos
asomos ofíticos en la base, a pie de camino, estando bastante
descompuesta la roca, y en algún punto aparecen laminillas de
oligisto brillante entre las arenas de la diabasa meteorizada.
El contacto con las ofitas es determinante de las zonas mineralizadas.
Laminillas de oligisto especular en la ofita meteorizada.
Más
a Levante, el camino nos lleva hasta las ruinas de unas casitas de
mampostería, que visitamos anteriormente, donde el oligisto
especular es más abundante y aparece con profusión la cuarcita
blanca, a menudo debajo de una capa de calcita del mismo color.
Casa almacén de las minas.
Bloque de hematites utilizado como mampostería.
Este
área, que algunos excursionistas denominan del Cabezo Negro, sin que
lo haya podido constatar en cartografía, correspondería a las
concesiones Regia y La Liebre, aunque sin poderlo asegurar.
Pozo minero.
No
hay otra pretensión en estos humildes artículos que el disfrute
personal, el poder compartir estas excursiones que nos enseñan un
poco de geología y de la historia de los hombres y de los pueblos.
Hermoso ejemplar de oligisto especular. Cabezo del Charco.
Detalle del hábito hojoso.
Esta era la mena más pura que buscaban. Oligisto especular.
Otra muestra de hematites.
Pronto el calor primaveral, envuelto en aromas, nos hace desear un
poco de sombra y agua. Una vez más reflexiono sobre la extrema
dureza de la tarea de aquellos que arrancaron de la roca durísima
estos bloques, que los movieron aquí o allá, para extraer un poco
de mineral. Un trabajo extenuante y seguramente de ínfima
rentabilidad por míseros que fueran los salarios. Otros tiempos,
gracias a Dios. Mi homenaje a estos hombres que aquí encontraron con
qué sostener un tiempo su casa y familia con el sudor de su frente,
la espalda rota y los dedos machacados.
Un bonito recuerdo.
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