sábado, 29 de noviembre de 2014

La cerámica cardial: sobre algunos aspectos técnicos de su decoración.

       

                              La cerámica cardial, aspectos técnicos de su decoración. 

Tomando como base los estudios de la Cova de l´Or de Beniarrés de Martí Oliver, y de las técnicas decorativas de los materiales cardiales del Museo de Alcoy de García Borja, Emilio Cortell, Salvador Pardo y Guillem Pérez, presentamos una reflexión sobre aspectos técnicos de la decoración cerámica cardial desde la experiencia de intentar reproducir sus decoraciones.Obviamos la forma de las vasijas para centrarnos en el proceso decorativo.
 
Cerámica cardial o impresa con cardium.
 
       Son cerámicas de apariencia bella y bien elaborada, originales por su técnica. El Museo Arqueológico de Alcoy y el Museo de Prehistoria de Valencia poseen colecciones del mayor interés.
Estas cerámicas se datan en torno al 5.400 a. C. para Cova de l´Or, Neolítico pleno, momento de máxima intensidad en la ocupación de la cueva, que coincide con el momento de máxima producción vasar, complejidad en las decoraciones y variedad de técnicas utilizadas. En fases posteriores la decoración cardial evolucionará al peinado de las superficies.

Tonelete cardial. Museo de Alcoy.
Conchas de pectunculus como ajuar de inhumación.
Collar neolítico de piedras pulidas y perforadas. Museo de Alcoy.
         Las decoraciones cardiales se caracterizan principalmente por realizarse con una concha marina dentada. La más reconocida es la del Cardium Edule o Cerastoderma Edule, familia del berberecho.
La impresión resultante depende del gesto técnico que realiza el artesano y de la especie de concha que se utilice. 

Conchas de Cardium o Cerastoderma Edule, playa del Saladar de Aguamarga.
        Las pastas se han clasificado en dos grupos (Martí): pasta cerámica basta que se rompe con bastante facilidad y es porosa, y otra clase menos porosa y más compacta que se rompe con mayor dificultad, probablemente fruto de una cocción a más temperatura.

Decoración cardial sobre pastas depuradas y bien alisadas.
       Dentro del primer grupo hay formas de cerámica con decoración de incisiones, fragmentos con decoración de cordón con ungulaciones, un buen número de asas, aunque predomina la decoración cardial.
       Dentro del segundo grupo hay un predominio claro de los fragmentos lisos y los decorados con impresiones cardiales.
Decoración incisa en una vasija neolítica.
         El bruñido cuidado de la superficie afecta tanto a la parte externa como a la interna.
 
Toneletes cardiales bruñidos, reproducción.

Reproducciones de cerámica cardial: vasos globulares.
     Coloración de la pasta: va de los tonos grisáceos a los rojizos, pasando por todas las fases intermedias de pardos. Además también hay pastas negras. Con frecuencia hay una combinación de los tonos pardo-rojizos y el negro, formando éste el corazón del fragmento cerámico.

Cerámica cardial, tonalidades rojizas y marrones. Museo de Alcoy.

Impresiones cardiales sobre pasta negra. Museo de Alcoy.
 
Cerámica cardial: pasta gris y rellenado con pasta blanca.
     Como desgrasante predomina la calcita en aquellos fragmentos de superficie tosca, alisada e incluso con arañado consecuencia de la presencia de cristales, más o menos grandes, en la superficie de la vasija. Este tipo de cerámica corresponde a formas generalmente lisas pero también a formas con decoración incisa. El cuarzo fue usado en menor proporción que la calcita, predominando en formas con decoración cardial e impresión de natis. El tratamiento de la superficie está más cuidado y se presenta bruñido, a menudo con brillo. 

Impresiones del canto del cardium y del natis (circulares) en una pieza cardial del Museo de Alcoy.

Botellita cardial antes de rellenar las impresiones con pasta.
       Por último, la utilización de colorante en estas decoraciones cerámicas es por rellenado con pasta a fin de resaltar, por contraste, las impresiones, o bien por baño sobre toda la superficie (engobado o aguada, a menudo con almagra).

El llamdo Vaso del Orante, figura antropomorfa bajo el asa, impresa con cardium y relacionada con las pinturas rupestres levantinas.
         En cuanto al espesor de las pastas: al ejercer presión sobre la superficie endurecida en parte por la pérdida de agua, y aun sujetando interiormente la pared en los puntos donde se suceden las presiones de la concha, un espesor fino producirá roturas o deformaciones de la pieza. Si el barro está demasiado seco, la impronta será débil. Si está demasiado húmedo, la impronta se desdibujará por la adherencia de la arcilla. Esta importante cuestión técnica ha de enlazarse con la cuestión del bruñido: ¿se bruñe previamente toda la superficie, o sólo después de imprimir se bruñen las zonas no decoradas? Este último supuesto es viable humedeciendo las franjas lisas con engobe. La pregunta sería entonces: ¿puede bruñirse la zona decorada sin estropear el trabajo de impresión? ¿Está decorada esta superficie en las piezas originales? Las pastas de relleno, ¿ante o post cocción? Responder a estas cuestiones será objeto de una entrada específica del blog.


Collar neolítico de conchas de littorina y otros.

       Las herramientas, las conchas: siendo las valvas el instrumento para imprimir la cerámica, resulta de interés enumerar las especies aparecidas en esta cueva. En principio, podemos entender que los ejemplares que aparecen perforados estaban destinados al adorno personal, por lo que quedarían tres especies con ejemplares no perforados entre las que debieran encontrarse las usadas como instrumentos de impresión. Perforadas han aparecido cyprea, conus, columbella, cardium, pectunculus y littorina. Sin perforar, dentalium, cardium, pecten.

Decoración cardial y conchas de cardium.
     Por el gesto técnico y la impronta correspondiente se ha distinguido por los citados autores: impresión cardial de borde: concha dentada en posición perpendicular, sea oblícua, doble o reflejada . impresión con la punta de la valva o natis. Arrastre cardial, gesto técnico que asocian con la técnica incisa, pues no imprime propiamente.

      Impresiones realizadas con un objeto dentado o gradina, que proporciona un resultado similar al de una concha dentada, si bien el negativo estos autores lo reseñan como más cuadrangular.
Impresión con concha no dentada u otro instrumento liso y curvado.

    La incisión aparece combinada con la impresión cardial: consiste en el deslizado de un instrumento, generalmente de punta única, por la superficie del vaso. Sin embargo, este mismo gesto técnico puede realizarse con instrumentos de punta múltiple, dando lugar al peinado, al arrastre cardial.Se usaría una espátula o punzón, óseo o de madera o asta, fuera de punta roma o aguda, en perpendicular o bien inclinado.

Decoración cardial y elemento de prensión.Obsérvese la tosquedad de la pasta con desgrasante de cuarcitas gruesas debajo del engobe negro liso.
        En estas cerámicas, con independencia del uso de las técnicas de impresión cardial o de incisión, aparecen elementos característicos que se combinan con esas técnicas: la aplicación de cordones como elementos decorativos, sean lisos, impresos cardiales o no, los mamelones, las asas de tipología muy variada y original, y los pitorros.
Asa cardial tubular de gran tamaño.

 
  Réplicas de cerámica cardial de la Cova de l´Or de Beniarrés. 

lunes, 24 de noviembre de 2014

El hierro y la cerámica: un paseo por la minería del hierro de La Unión






                          El hierro y la cerámica, un paseo por la minería del hiero de La Unión. 
Cristales de cuarzo. Llano del Beal.


        Aprovecho una escapada por las minas de hierro del Llano del Beal, en la Sierra Minera de Cartagena para reflexionar sobre el uso de este mineral en los procesos cerámicos. 
       Mucho antes de que el hombre descubriera el hierro como metal, sus procesos y aplicaciones, ya lo utilizaba como pigmento. Sus fuertes colores en la gama de rojos y amarillos destacan su presencia en la naturaleza. Además, es abundantísimo, un cuatro por ciento del total de minerales presentes en el medio natural. En estado pulverulento, los óxidos de hierro mezclados con agua, grasa u otro diluyente sirvieron para pintar las paredes de cuevas y abrigos.

Pinturas rupestres de Fuencaliente.
       El uso del pigmento rojo, óxido de hierro en forma de hematites terrosa o del cinabrio, donde lo había, en forma de bermellón, está asociado desde antiguo a prácticas religiosas, funerarias (desde los neandertales a los mayas), a un sentido protector (los dólmenes de Montelirio, o de Alberite, estaban interiormente cubiertos de pigmento rojo).
       Los ceramistas neolíticos descubrieron la aplicación de ocre rojo disuelto a la superficie de las vasijas antes de bruñirlas, dando lugar a la cerámica a la almagra, característica del neolítico andaluz y presente en las cerámicas campaniformes europeas. La almagra es un ocre rojo natural deshidratado.

Cerámica neolítica a la almagra.
   
        El hierro está presente en la composición natural de las arcillas: en las comunes, con predominio de minerales como esmectitas, illitas y cloritas, junto a cuarzo y carbonatos, en menor cantidad aparecen caolinita, feldespatos y óxidos de hierro.

Arcillas rojas.

        Las arcillas más utilizadas en alfarería son las rojas, con algo de alúmina y alta proporción de hierro, pobres en carbonato cálcico, y con temperaturas de cocción bajas, entre 960 y 1040 grados.
        Antes de analizar el uso del hierro como esmalte cerámico, y su uso como cubriente en forma de engobe vitrificado en los alfares romanos (terra sigillata), quiero comentar algunos aspectos sobre las menas de hierro, y su minería.

   El hierro como metal define un período de la historia en el que esta materia prima comienza a usarse en detrimento del bronce, siendo las culturas centroeuropeas de Hallstat y La Têne las que definen convencionalmente en arqueología sus dos primeras fases.
      Siendo el metal más usado en la historia, por sus excelentes propiedades, y abundando en la naturaleza, las dificultades del proceso metalúrgico, las tecnologías para su fundición y refinado (carburización), los procesos de endurecido y liberación del carbono (forja), dieron la primacía en el tiempo al uso de herramientas y armas de cobre primero, y bronce después.

Armas de hierro: cuchillo afalcatado, espada de antenas, puntas de lanza.
       Como curiosidad, citar que formando parte del Tesoro de Villena, aparecieron los dos objetos de hierro más antiguos de la Península ibérica, de entre 57, que corresponden a un estadio primitivo del uso de este metal, al que en ese momento se le considera noble y, en consecuencia, se emplea en elementos de orfebrería ornamental. Pero, 
 ¿De donde se obtiene el hierro?
     
Oxidos de hierro, Llano del Beal, La Unión.
Siderita, mena de hierro.
Se encuentra formando parte de numerosos minerales, entre los que destacan la hematites, la magnetita, la limonita, la siderita, la pirita, la goethita, ..., aunque a menudo se obtiene a partir de óxidos más o menos puros. para obtener hierro a partir de óxidos es precisa la teconología de alto Horno. Fue la implantación de esta tecnología, unida al uso del hiero para estructuras, los factores que hicieron despegar a mediados del siglo XIX en el distrito minero de la Unión la explotación del hierro, hasta entonces secundaria o menospreciada en favor del plomo argentífero.

  
Goethita, mena de hierro.
Limonita rellenando oquedades de la goethita. Llano del Beal, La Unión.

       El paisaje de la minería del hierro siempre presenta colores rojos, amarillos y todos los tonos intermedios, con tierras marrones.
Boca de mina de hierro. Llano del Beal.
Las labores se realizaban en pequeñas minas de interior, a pico y cincel, encontrándose las masas de óxidos o de mineral diseminadas entre capas de calizas marrones, pizarras grises, a menudo con filones de cuarzo delimitando capas, en algunas ocasiones entre capas de dolomita.
Minas de hierro del Llano del Beal. Estériles de pizarras grises de caja.

Pozo de mina de hierro. Sierra de Cartagena.
Grupo de cristales de cuarzo de las excombreras.
Dolomita, usada como fundente cerámico.
Hierro molido para fundición.
Ruinas de instalaciones mineras.
Entre los estériles de las antiguas escombreras se encuentran algunos cristales de cuarzo cristalizado. El cuarzo se usa en cerámica como agente neutro y desgrasante en forma de arenas o polvo. la dolomita que encapa las bolsadas de óxido es un fundente usado en la industria cerámica.




 
Cristales de cuarzo que aparecen como ganga en las minas de hierro. Obsérvese el tono amatista típico de La Unión.

Estas minas de hierro hacen reflexionar sobre la dureza de las condiciones de vida de los hombres que trabajaron aquí. Este es un dominio del sol y del viento, de pozos y derrumbes, de cuestas y cargas de piedras, dominio del espino , del tomillo, el palmito, el esparto, la higuera y la tapenera, y, a menudo, infestado de mosquitos. Los escoplos y cinceles se despuntan por la dureza de las rocas silíceas. Entre las ruinas se descubren fragmentos de cerámicas de hace unas décadas, testigos mudos de la vida de tantos mineros que se dejaban la piel, o la vida, por un jornal, sin más equipo que unas esparteñas, sus herramientas,  y el botijo del agua sabrosa con que enjugarse el sudor.

Espino.


Tiestos de los mineros.

 Desde tiempos remotos Carthago y Roma obtuvieron aquí su plata, el plomo y el hierro. Los alfareros usaron las galenas para esmaltar sus productos. Con galena molida y algo de óxido de hierro, los árabes obtenían sus esmaltes melados, para hacer sus piezas impermeables, suaves y coloridas. Las sigillatas romanas se obtenían decantando arcillas rojas, ricas en óxido de hierro, que mediante defloculación separaban las partículas largas y, una vez cocida la pieza bañada en este engobe, se endurecía de modo uniforme e impermeable con un hermoso tono anaranjado o rojizo.
 

Lucerna paleocristiana de la Alcudia de Elche. San Abdón. Sigillata africana.


Melado con óxido de hierro. Museo de Cartagena.













domingo, 16 de noviembre de 2014

Cerámicas del Museo de Ciudad Real




       Cerámicas arqueológicas del Museo de Ciudad Real.

La colección de cerámica arqueológica del Museo de Ciudad Real posee, como la de cualquier Museo provincial, una serie de piezas cerámicas singulares. 
       Me han llamado la atención las que reproduzco.

Cerámica del bronce manchego. Fuerte espatulado vertical sobre engobe oscuro. Cerro de la Encantada?
Decoración con grandes triángulos incisos.
      
Impresionante decoración geométrica polícroma de estilo Carambolo con aplicaciones de bronce en un vaso cerrado, hecho a mano, fechado en el IX a. C. Alarcos. (En estudio?, por Rosario García Huertas y Javier Morales Hervás, Las Necrópolis de incineración)
Fragmento cerámico con decoración geométrica orientalizante.
Cerámica ibérica con decoración geométrica en dos tonos de óxido de hierro. Cerro de Alarcos.
Cerámica ibérica polícroma .Siglo III a. C., ibérico pleno.
Tinajilla ibérica polícroma decorada en hierro y manganeso, decoración geométrica a compás y pincel múltiple y banda estampillada con rosetas. 
Vidrio decorado con hilos y cerámica romana a ruedecilla.

Coroplastia romana. Terracotas a molde. Sisapo, La Bienvenida.
Jarritas visigodas. La Cruz del Cristo, Malagón.
Candiles islámicos de pellizco con vidriado melado.

En materiales no cerámicos hay igualmente piezas expuestas de gran calidad e interés. Siguiendo una secuencia cronológica, me han parecido destacables las siguientes:




 Cuentas de variscita de la Cueva de Castillejo del Bonete, en Terrinches.

Crisol de fundición de bronce. Reproducción.
Anillo de Alcubillas. 
Sobre este anillo, encontrado casualmente en 1.970 cerca de dicha localidad, apenas he encontrado en la red noticias. Es de oro, se cita como anillo-sello o anillo signatario, y se da como griego, por estilo. Por ende se atribuye una cronología descontextualizada de en tono al V. a. C. Resulta muy curioso que las distintas y escasas descripciones que he podido ver en web están todas mal, pues copian unas de otras y todas afirman que se trata de dos cabezas de felino de fauces abiertas, cuando se ve sin lugar a dudas que a la cabeza de un carnassier (sea león, monstruo u otro animal mítico), se opone una cabeza humana con casco griego y penacho.

Brazalete ibérico serpentiforme, en plata casi pura, de Almadenejos.
Conjunto de útiles romanos en bronce.
Pendiente de arete visigodo. la Cruz del Cristo, Malagón.cuenta de amatista.

Hebilla de bronce visigoda.