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domingo, 16 de noviembre de 2014

Las piedras de afilar de Alhambra, en Ciudad Real


Las piedras de afilar de Alhambra, Ciudad Real.

Pulsera visigoda en cornalina y pasta vítrea. Museo de Ciudad Real
       Al pasar por este pueblo del Campo de Montiel, próximo a las Lagunas de Ruidera, llaman la atención los colores rojos intensos de la arcilla, cruzados por niveles de yesos fibrosos blancos y bancos de areniscas marrón rojizo. Decido dedicarle una pequeña visita, y me encuentro muchas sorpresas agradables. Desde que Revista de Arqueología dedicara un artículo a su necrópolis visigoda conocía su entidad arqueológica, pero no esperaba tanto. En una reciente visita al Museo Arqueológico de Ciudad Real me ha llamado la atención una cabeza de león ibérica procedente de Alhambra esculpida en esta arenisca roja.
Cabeza ibérica de lobo o perro de Alhambra. Museo de Ciudad Real.
       Después de observar (bajo la lluvia) la fortaleza omeya que corona el cerro del pueblo, mientras espero a alguien que pueda facilitarme el acceso a la colección arqueológica (pronto será Museo oficialmente), observo que las pilastras del pórtico del Ayuntamiento son de arenisca blanca y sus esquinas, redondeadas, están surcadas de marcas de afilado.
      Me explican que la arenisca de Alhambra es la mejor piedra de afilar, que ya aparece citada por Plinio, y que se usaba en las barberías de Roma. También que la blanca es mejor que la roja, más compacta, y que a dos leguas del pueblo hay una cantera, Los Molares, de donde se extraía esta piedra para hacer ruedas de afilar, o amoladoras, y piedras de afilar de mano. La llaman aquí piedra moliz.
Reproducción de la cabeza ibérica de lobo o perro en el Museo de Alhambra.
En el estudio sobre la Ingeniería minera romana del lapis specularis, de Bernárdez y Guisado, se recoge esta información precisa al afirmar que "las herramientas mineras se debían aguzar o amolar
de forma continuada..., en excavación, hemos localizado piedras de moliz o de afilar, en su mayor parte de arenisca, que facilitaban la abrasión y rehabilitaban los filos metálicos. A partir de los datos proporcionados por Plinio el Viejo, las piedras de afilar (mola o cos), se utilizaban ayudándose de agua y aceite; mientras que el aceite deja un filo suave, el agua lo hace más acerado. Las mejores afiladeras de la Citerior que, según las fuentes se llegaban a cebar con saliva humana, procedían de la región y de las canteras hoy documentadas de Laminium (Alhambra, Ciudad Real).

Sillar de piedra moliz o arenisca de Alhambra.
Basa de columna romana en arenisca roja de Alhambra.
       Al estar el pueblo sobre un cerro habitado desde la prehistoria, hay una riqueza arqueológica importante. Además del castillo omeya, está accesible al vistante la necrópolis visigoda de las Eras, junto a la carretera, excavada en esta arenisca roja. La necrópolis iberorromana demuestra la densidad demográfica de Alhambra hace dos mil años. En la plaza del pueblo pueden verse esculturas e inscripciones romanas, en su día ubicadas en la Iglesia, halladas de antiguo. El concejal de cultura, Francisco, me explica muy amablemente el estado de la cuestión sobre la identificación de Alhambra con Laminium, la gran extensión y riqueza arqueológica del término, de la que da cuenta el museo, con casi un millar de piezas expuestas, la existencia de una veintena de villas romanas, las vías de comunicación en época romana que sitúan Laminium en una ruta comercial, e incluso la posibilidad, defendida por Antonio Marques de Faria, de que Alhambra acuñase moneda en época ibérica.

Las tres monedas conocidas con leyenda Labini (Jesús Vico) son muy similares a las de Castulo, cabeza diademada con ínfulas en anverso y esfinge en el reverso. La ceca se lee desde el ibérico meridional por Rodríguez Ramos Labini o Lamini, acorde con las fuentes latinas epigráficas que señalan la ciudad de Laminium en la provincia de Ciudad Real, posiblemente en Alhambra.

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Escultura ibérica de Alhambra: cabeza masculina entre las patas de un león.
Industria paleolítica en cuarcita. Museo de Alhambra.

De entre las colecciones del museo de Alhambra, ricas en conjuntos paleolíticos, con destacada presencia de cuarcitas talladas, hachas pulimentadas, incluyendo varias en sillimanita, muchos materiales procedentes de la necrópolis iberorromana, todo tipo de objetos imperiales romanos, incluso suntuarios, colecciones numismáticas, materiales visigodos y medievales, y otros que constatan la vinculación con la Orden de Santiago, destaca una escultura ibérica representando una cabeza masculina entre las patas de un animal, probablemente un león, realizada en arenisca roja densa del lugar, de fuerte indigenismo,que recuerda el esquema de una escultura de Bienservida, hoy en el Museo Arqueológico de Albacete, conocida como león de Villarrodrigo. La revista Lucentum publicó un estudio de esta pieza en su número XXXII (Noguera Celdrán y García Bueno).
Cabeza ibérica de Alhambra.

León de Bienservida, un esquema de león protector funerario similar al de Alhambra.

Si este blog fuese de contenido exclusivamente arqueológico, habría mucho que decir. Pero quisiera centrame en la piedra moliz como materia prima para la elaboración de objetos, como algo singular que la geología de esta localidad ha caracterizado a lo largo del tiempo.
Según la Hoja de la serie Geológica de Alhambra, estas arcillas rojas pertenecen al Triásico, facies Keuper. Me intereso por su utilización, ya que al proceder de la desintegración de la arenisca roja, deben contener como desgrasante natural la arenisca de grano fino que encierra la roca, un desgrasante óptimo. Me comentan que fue utilizado el polvo como asperón para limpiar cacharros.
También se pueden ver en los alrededores del pueblo magníficos ejemplos de construcciones de adobe, hechas con la arcilla roja. Alguna industria antigua de fabricación de tejas y ladrillos debe haber por los alrededores, pero no he tenido tiempo de documentarlo. Sería lógico.

Muela o máquina de afilar de piedra moliz de Alhambra.
       Las areniscas están formadas por grano de arena fina a muy fina, los granos bien calibrados y  redondos. La petrografía de estas areniscas está descrita como de tipo arcósico, compuestas entre el 40 y el 70 por ciento por granos de cuarzo, y algo de feldespato. La matriz es sericítica y el cemento carbonatado. Me confirma el concejal la nota de Plinio sobre que las piedras de afilar de mano se usaban humedeciéndolas con saliva.
Piedra de afilar manual en piedra moliz roja.
 
Afiladera en piedra moliz blanca de Alhambra.
       Una vez reseñada esta breve nota sobre una materia prima tan especial, que vincula el pueblo de Alhambra con las barberías de Roma, me gustaría que el visitante curioso que pase por este pueblo se detuviera a conocer su impresionante patrimonio arqueológico. Cualquier rincón de España depara sorpresas agradables si uno de toma un poco de tiempo para conocer su geología, su historia, su patrimonio, su gente. Parece ser que en Laminium residía una sacerdotisa dedicada al culto imperial. El profesor Abascal de la Universidad de Alicante ha estudiado una inscripción cesariana que también podemos ver en el pequeño e interesante Museo de Alhambra, que lo constata.
Inscripción imperial romana de Alhambra.
Necrópolis visigoda en Alhambra. Momento de la excavación.
      
Paseando entre tumbas. Necrópolis en Alhambra.
       Felicito a la Asociación Alhambra Tierra Roja por su trabajo para preservar la historia alhambreña, y cuando  veo fotografías antiguas como la superior, me explico que un pueblo pequeño cuente con una    asociación  tan activa en favor de su patrimonio arqueológico.

       Aquí las personas han  venido paseando y habitando entre vestigios del pasado bien visibles.

Cuentas de collar visigodas. Museo Arqueológico de Ciudad Real.
Hebilla visigoda de bronce. Museo de Ciudad Real.
      Si algún día el lector pasa entre Ciudad Real y Albacete, a medio camino encontrará este pueblo, donde la historia antigua está muy presente. Vale la pena detenerse.

Casas de adobe cerca de Alhambra.
                                      

viernes, 19 de septiembre de 2014

Caballo votivo ibérico del Cigarralejo de Mula

     
                                    Caballo votivo ibérico del Cigarralejo de Mula.
                                    Coroplastia ibérica.


 He visitado el Museo de La Alcudia de Elche recién remodelado. Ha quedado estupendo, limpio y ordenado y, sobre todo para mí, con algunas piezas ibéricas que antes de la remodelación no estaban expuiestas al público, en particular cerámicas de la riquísima colección de cerámica ibérica decorada de La Alcudia de Elche.
Precioso vaso ibérico de Elche con escena de carnassier
       Siempre que visito un Museo refuerzo mi impulso de crear piezas, es un estímulo. Aunque en esta ocasión ha sido la cerámica ibérica pintada la que me ha hecho disfrutar más, debo terminar antes una pieza de modelado, un caballito ibérico del Cigarralejo de Mula. Partiré de un modelado sencillo en terracota de dimensiones mayores que el original, o, en este caso, del resultado que pretendo, pues en la siguiente fase empezaré a suprimir barro mediante las técnicas habituales de la talla.
Primer modelado del exvoto ibérico.
       He dejado transcurrir un día entero para empezar a vaciar: hay partes en dureza de cuero, las más gruesas, y otras ya muy secas, la cabeza por ejemplo. Tampoco he decido si dejarlo con las patas rotas o terminado. De momento hay que conseguir los volúmenes y la simetría.
Remarcando algunos detalles con  el barro fresco.
Exvoto ibérico ya vaciado con sus detalles.
       Hay que tener en cuenta que si se quiere obtener un molde no puedo haber ninguna parte del modelado que impida o complique el desmoldeo. Las marcas del vaciado se eliminan con una esponja húmeda. Es un ejercicio de paciencia.
Caballito del Cigarralejo de Mula.
       Me gusta cómo va quedando. Antes de prepararlo para obtener un molde le añado las orejas y un pie que le de estabilidad a la pieza. Después, un pulido a cepillo. Para terminar, dejo otra imagen de una pieza ibérica de Elche.
Listo para sacar un molde de escayola.
Hermoso vaso urna ibérico de mi pueblo.
       Por último, preparamos unas tablillas de madera y barro de reciclaje (porque se ensuciará)  y encoframos el modelo hasta una línea de simetría, calculando que no haya problemas al desmoldar las sucesivas copias, y vertemos escayola. Previamente habremos marcado unas llaves usando el extremo de una brocha cilíndrica. Una vez seca esa mitad, encoframos la otra mitad sin retirar el modelo. yo aplico aceite de oliva para que ambas mitades no se peguen. Retocar el molde y limpiar es lo último.
Escayola cubriendo la mitad del modelo.
El molde bivalvo terminado. Hay que dejarlo secar varios días antes de utilizarlo.