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domingo, 30 de septiembre de 2018

Cerámica ibérica pintada del Museo Arqueológico de Murcia.




Cerámica ibérica pintada del Museo Arqueológico de Murcia.

Vaso caliciforme ibérico de Los Molinicos, Moratalla, siglos VI a mitad del IV.

Presentamos una muestra de la destacada colección de cerámica ibérica pintada del Museo de Murcia, en su mayor parte procedente de la cercana necrópolis del Cabecico del Tesoro. Una colección muy interesante de exvotos del Santuario de la Luz, muy próximo a dicha necrópolis, otros foráneos procedentes de Despeñaperros, muestras de vasos plásticos de contextos funerarios ibéricos, terracotas, esculturas, armas y objetos de uso cotidiano completan la visión del período ibérico que propone el Museo. Una interesantísima muestra de la cultura ibérica.

Fuente decorada con círculos concéntricos de Los Molinicos, Moratalla, siglos VI a mitad del IV.

Fragmento de guttus ibérico de Bolvax, Cieza. Dos aves y una hoja de hiedra, y dos jinetes cabalgando en la parte inferior, uno de ellos practicando la cetrería.

Fragmento del Cabecico del Tesoro de Verdolay. En torno a s. II a.C. Un guerrero provisto de falcata y escudo enfrenta un jinete con lanza . Estilo de Liria.

Kalathos del Cabecico del Tesoro de Verdolay. Decorado con semicírculos concéntricos y melenas a pincel múltiple.S. III a II a. C.

Botella del Verdolay. S. IV. Melenas a pincel múltiple, semicírculos a compás y triángulos. Sepultura 400 del Cabecico del Tesoro.

Caliciforme ibérico de Los Molinicos, Moratalla, siglos VI a mitad del IV, decoración geométrica.

Kalathos con carnassier de la sepultura 500 de la necrópolis de Verdolay. S. II a.C.

Tinajilla decorada en dos frisos con cabras y peces, necrópolis de Verdolay. S. III a.C.

Detalle de cabra amamantando a su cría.

Kalathos del Cabecico del Tesoro. Estilo Elche-Archena. S. II a.C. Sepultura 267.

Detalle de la decoración de la pieza anterior.

Kalathos de la sepultura 213 de Verdolay. S. II a. C. decorado con carnassier y fitomorfos.

Kalathos de cuello estrangulado de la sepultura 313 del Cabecico del Tesoro de Verdolay. S. II a. C. Friso superior con vegetales esquematizados y repetidos y el inferior con zoomorfos.

Oinochoe de la sepultura 213 de la necrópolis de Verdolay, decorado con volutas, hojas de hiedra, y carnicero. Dientes de lobo en el borde.

Fragmento del vaso ibérico conocido como de la Diosa de los Lobos. Umbría de Salchite, Moratalla.

Fragmento de un gran vaso decorado de Santa Catalina del Monte, Verdolay.

Detalle de la decoración del vaso anterior.

Urna de incineración con tapadera dentada con motivos geométricos.

Enócoes pintados.



Vaso con flores, espirales y friso inferior de semicírculos concéntricos.

Kalathos con entrelazos de melenas a pincel múltiple y semicírculos concéntricos de compás múltiple.

Guttus o vaso biberón imitando modelos helenísticos.

Una visita para disfrutar para todo aquel que tenga interés en la historia antigua.

Exvoto ibérico femenino del Museo de Murcia. Retrato de un antepasado.



viernes, 26 de septiembre de 2014

Cerámica ibérica


Cerámica ibérica.


Kalathos, caliciformes y otras formas ibéricas con decoración figurada. Se han usado tres barros y dos pigmentos distintos.
       La cerámica figurada ibérica tiene una personalidad muy acusada. No pretendo explicar lo que los buenos conocedores ya saben, hay muchos estudios, en lo tocante a su simbolismo, en especial en el estilo denominado Elche-Archena. Sí quiero resaltar que estas decoraciones levantinas no se parecen a las de ninguna otra cultura. los geometrismos de la primera época, que perduran en las producciones turdetanas y bastetanas, tienen similitudes con, por ejemplo, grafismos de las producciones chipriotas o micénicas, muchas veces sencillas fórmulas decorativas condicionadas por el soporte, el torno lento o torneta, y el pintar a mano alzada.
Kalathos de La Alcudia con ave explayada en la metopa principal y estrígiles en la banda inferior.
       No es fácil pintar a mano alzada las líneas de óxido de hierro con la finura y elegancia en las curvas, con la precisión en los detalles. se dibuja y se rellena, en esto el óxido de hierro tiene unas características cubrientes óptimas. Pero algunos aspectos influyen notoriamente en la calidad del dibujo, en lo que se refiere a ejecución, no hablo del motivo o del concepto. Estos aspectos son: la curvatura de la pieza, el grado de humedad, la calidad del pincel, la densidad del pigmento y el apoyo del canto de la mano.
Obsérvese la limpieza de las líneas y la elegancia y perfección de las curvas, que se ensanchan en los giros al inclinar el pincel. estos detalles suponen una gran maestría. Bajo el asa aplicada de cordón, imagen de Tanit alada.
Masa de óxido de hierro. Gossan de Nerva.
       La excesiva humedad hará resbalar el pigmento; la pieza demasiado seca no deja correr el pincel. En ambos casos, la variación depende además de la densidad de la pintura, es decir, de la proporción entre el óxido de hierro y el agua, partiendo de un molturado óptimo del pigmento y que esté lo más diluido posible.
Kalathos recién torneado. Pasta bien decantada.
       Una vez torneada la pieza la retorneo para definir el pie y aligerar el peso, generalmente tras al menos doce horas de secado. El retorneado crea estrías horizontales y saltos en la superficie externa de la pieza que deben ser después pulidos. El afilado de la herramienta, en este caso un retorneador contemporáneo, es muy importante, pues si el frente de la cuchilla está curvado por desgaste, será muy difícil igualar la superficie.
Ejecución de las paralelas de diferentes grosores a torneta.
       Las líneas más o menos gruesas, a menudo bandas anchas flanqueadas por líneas, delimitan espacios horizontales en la pieza, metopas, donde se desarrolla una decoración independiente, generalmente centrada en la metopa superior o principal. El uso de la torneta y la habilidad en la sujección y apoyo de las manos es muy importante para obtener líneas precisas y de ancho homogéneo, pues en la superficie hay zonas más pulidas que otras, zonas más secas y menos, y esto condiciona la absorción. Otro factor a tener en cuenta es la capacidad de carga del pincel. El uso de engobes claros sobre el barro tiene dos funciones:  destacar el dibujo, contrastarlo más, y también homogeneizar la superficie, tanto porque rellena saltos no apreciables a veces a la vista, como por conseguir una humedad uniforme en la pieza en el momento de pintar.
Pintando los roleos o espirales ibéricas tan características
La mano alzada precisa de apoyos para trazar espirales mediante el juego de muñeca.
Cerámica ibérica decorada en fase de secado. debe permanecer alejada del sol directo y de un exceso de corrientes de aire.
Orificio de ventilación de un horno eléctrico.
        La cocción requiere alcanzar una temperatura en tono a 950 grados. El color de la terracota será muy uniforme. En las piezas ibéricas originales, cocidas en horno de doble cámara con leña, se producen ahumados, reducciones parciales, variaciones térmicas según el punto del horno y la forma en que está colocada cada pieza, temperaturas sobrepasadas o deficientes, todos los fenómenos propios de un proceso con una aleatoriedad mucho mayor. Sin embargo el resultado suele ser excelente, piezas bien cocidas, arcilla compacta, y un hermoso tono ocre debido a una reducción parcial en la fase final de cerramiento del horno para evitar el choque térmico del enfriamiento que no puede conseguirse en horno eléctrico.
Conjunto de cerámica de inspiración ibérica ya cocida.
Distintas tonalidades de óxidos de hierro en el gossan de Cantera Los Blancos, La Unión.
       El engobe ha humedecido la superficie de este kalathos ilicitano mejorando la calidad de las líneas de pigmento de hierro. preparado para el horno.
Kalathos ibérico ilicitano por cocer.