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viernes, 6 de mayo de 2016

Réplica de los vasos del Acebuchal: aspectos técnicos, primera parte.


Réplica de los vasos del Acebuchal: aspectos técnicos, primera parte.

Para una aproximación a las pastas campaniformes, he seguido el trabajo Características estructurales y mineralógicas de cerámicas campaniformes procedentes de Monturque (Córdoba)”, (J. BARRIOS, J. J. NAVAS, A. LOPEZ-PALOMO).




Pasta de arcilla triásica, desgrasantes recolectados en zonas de metaforfismo.


Monte Sancti Spiritus, La Unión. materiales metamórficos.


El análisis mineralógico de desgrasantes concluyó la existencia de cuarzo y calcita como componentes mayoritarios. Además, en cantidades menores y en proporción variable, micas, feldespatos, cloritas y dolomita. La granulometría distingue dos diámetros dominantes, el fino que acompaña a las arcillas del barro inicial, y el grueso que ha sido incorporado intencionadamente como desgrasante. 


Acuchillado de un vaso a mano.
 
Se advierte que estos desgrasantes no coinciden con las determinaciones hechas para hallazgos de Zamora, donde no aparece el material calcáreo. Concluye que contienen materiales procedentes del Neógeno (propios de la Depresión del Guadalquivir), o del Triásico (identificables por la presencia de cuarzo idiomorfo), y atribuye el origen del material metamórfico (esquistos, cuarcitas) a sedimentos cuya área-fuente debe ser Sierra Morena o Sierra Nevada. 


Depósitos arcillosos triásicos del Verdegás de Agost, Alicante.
 

Las pastas las clasifican, por color, en gris claro, gris, gris verdosa, gris ceniza, gris plomizo, negruzca o negra. Las superficies, por color, en: blanquecino-marfil, gris claro, plomizo, gris oscuro y negro. El bruñido exterior en seis de nueve casos, los otros tres, alisado. El bruñido interior, en un caso.


Erosión diferencial de materiales triásicos ricos en arcillas.



 La decoración, sobre nueve piezas, incisa en cinco casos, puntillado exclusivamente en un caso, en otros dos, y en dos más combinada incisa/puntillada. La combinación de impresiónes puntilladas con el bruñido, se da en dos casos, en otros dos junto al puntillado se da el alisado de la superficie.

                                                Contacto de arcillas rojas y margas grises.


A destacar, por suponer cuestiones técnicas: en todos los casos las pastas van del gris al negro. Esto es difícil de asociar con arcillas de zonas neógenas en cocción oxidante. Las pastas grises pueden obtenerse por adición de manganeso a la arcilla clara, y, comúnmente, aparecen barros naturales oscuros en zonas de metamorfismo (descomposición de pizarras). Podemos entender entonces que el proceso de cocción habrá sido NECESARIAMENTE reductor, incluso valorar una carbonación intencional, cerrando absolutamente el foso de cocción una vez alcanzada la temperatura máxima, para obtener el brillo metalizado de las superficies bruñidas de pastas (rojas, castaño, o clar5as engobadas). 



El bruñido no ha sido obtenido en ambiente reductor, sino por adición de engobes grises y manganeso.
 
Por otra parte, la combinación bruñido-puntillado presenta dificultades técnicas, por lo que el alisado sería el momento de practicar la impresión. Se comentará en la descripción del proceso de réplica experimental. En un caso de los analizados en el trabajo que seguimos, pasta y superficie presentan notable diferencia de gama de color, lo que nos permite abordar la cuestión de los engobes. Se echa de menos la observación, a partir de microscopía de las secciones en lámina delgada, de la existencia o no de capas sobre la pasta. Así como una pared antigua suele presentar un aspecto bien alisado y enlucido al exterior, mientras que interiormente está conformada con piedras irregulares de distintas formas, composiciones y tamaños, la estructura ideal de una vasija que va a ser exquisitamente decorada mediante puntillado e incisión debe ser similar. La pasta contendrá desgrasantes que ayuden a soportar el choque térmico de cocción en foso, mientras que el alisado y bruñido de las superficies exige un acabado fino, muy liso y homogéneo que permita el bruñido y no convierta las líneas de incisión en barrancos quebrados irregulares por la presencia de los clastos.





Cerámica tartésica grosera, con abundancia de desgrasantes. Museo de Sevilla.


 Este aspecto es importante, y afecta además al color del vaso, que no necesariamente coincidirá con el de la pasta. Ya hemos dicho que también la cocción reductora nos llevaría a gamas de grises-negros con pastas de tonalidad rojiza. Los fuertes ahumados con las piezas incandescentes en hoguera tapada producirían a menudo estas carbonaciones brillantes, metálicas, incluso no siendo intencionales.



Bruñido de una copa estilo Acebuchal. Pasta clara calcárea y engobe gris.

La solución del alfarero, en este caso ceramista, es dar una o varias capas finales de engobes finos, cuanto más aptos para el bruñido mejor, libres de arena y gruesos, y que pueden ser negruzcas para propiciar el contraste con el relleno de las incisiones o impresiones de puntillado.


 
Bruñendo con cuero el interior de un cuenco fuente. Decoración incisa y puntillada.


Se puede establecer para Monturque, según estos autores, que las piezas fueron sometidas a un proceso de cocción en el intervalo de temperaturas de 500 a 700°C., sin superar los 710.
Incluiremos una prueba de dureza y color de estas pastas bruñidas a muy bajas temperaturas para obtener información a partir del dato de medición térmica citado.

Incrustación de pasta calcárea en las impresiones puntilladas. Vaso estilo Acebuchal.

Por último, en cuanto a la adición (por incrustación) de pasta blanca para contrastar el dibujo con el color del vaso, se han publicado algunos estudios. Básicamente se trata de responder dos preguntas: el material que se utilizó, y si se aplicaba antes o después de cocida la pieza.
Resumo del trabajo de Odriozola et alt, “Los rellenos de pasta blanca en cerámicas campaniformes y su utilización en la definición de límites sociales.”
El 80% de las incrustaciones son de color blanco, que puede obtenerse de huesos, rocas calcáreas, caolinita, margas o feldespatos. Para Pajares de Adaja (Avila) y Fuente Olmedo (Valladolid) se utlizó carbonato cálcico. La presencia de cal en la mayor parte (32) de muestras estudiadas propició la hipótesis de que pudiera proceder de una actividad post deposicional, en concreto absorción del carbonato a partir del agua de lluvia que impregna el estrato.
Para los campaniformes del Guadiana Medio se determinó el uso del hueso molido., probablemente empastado con agua o grasa. los apatitos biológicos, contenidos en los huesos, están presentes en una proporción de 9 a 1 frente a la cal.

Tabla de pruebas de incrustación de pastas blancas. temperatura de cocción, según los trabajos del grupo de Monturque.


La Unidad de Arqueometría de la Universidad de Santiago, ha estudiado también la caracterización de pastas blancas incrustadas en campaniformes gallegos, trabajos iniciados antes por Prieto, concluyendo que las materias utilizadas como pasta incrustada siempre son distintas de la propia pasta cerámica del vaso, y recolectadas en un radio no mayor a 7 kilómetros desde el lugar donde se produjeron las cerámicas, según apuntaba ya un análisis de 289 piezas prehistóricas de la comarza de Deza-Ulla. Sobre este particular se realizará la siguiente experiencia. Sobre una placa de pasta con la terminación adecuada, se decorará con incisión y puntillado la superficie, rellenándose una zona delimitada con hueso molido y la otra con cal, y efectuándose una cocción a 700 grados de temperatura, límite de los análisis de Monturque.
Se repetirá la experiencia sobre un fragmento ya cocido, para comprobar la resistencia al lavado y manipulación de ambas soluciones utilizándose algún aglutinante.

Limpiando los sobrantes de pasta de cal.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Procesos en cerámica del bronce argárico.

     


                                          Procesos en cerámica del bronce argárico.



En la secuencia fotográfica podremos observar algunos aspectos relevantes del proceso de levantado, alisado, espatulado y bruñido de distintas formas cerámicas del bronce argárico.
       En esta ocasión he utilizado una pasta grisácea de barro natural con adición de manganeso y desgrasantes de cuarzo, mica y algo de polvo de diabasas. Antes de bruñir las piezas las humedeceré ligeramente con un engobe de barro gris con un poco más de manganeso para aumentar el tono oscuro.
Levantando un vaso argárico a rollos.

El soporte determinará la línea de carena típica de estas producciones cerámicas  del bronce del sureste peninsular. Si es un cuenco bajo, la carena será baja; si es un cuenco profundo, la carena será alta. Mi idea es que la carena nunca fue una pretensión formal, estética, sino un resultado de un proceso que tiene como condicionante la necesidad de un soporte para sostener el barro durante el proceso de levantado. Podrá argumentarse que una forma globular igualmente podría valerse de ese recurso para ser levantada, pero la carena, determinada por el borde del cuenco de soporte, permite establecer una línea perimetral en ángulo agudo a partir de la cual variar a contrario el perfil del vaso, de forma que se sostendrá mejor la pared en altura porque se equilibra la tensión del peso de las paredes. Por tanto, pienso que la carena es un resultado obligado una vez que se conoce la técnica del cuenco-soporte.
Cerámica argárica, espatulado.
Existe una relación directa entre la capacidad de las paredes del vaso de sostenerse en la posición deseada, sin abrirse en exceso ni inclinarse hacia el centro de la pieza, y la curva del perfil del vaso. En la fotografía precedente vemos que la curva del perfil de la tulipa es acentuada, forma un arco, pero es cuando levantamos los rollos e igualamos el espesor de pared mediante presión de las yemas de los dedos cuando notamos que es preciso curvar la pared a contrario para que el barro se sostenga, al menos mientras está muy fresco.
Vaso lenticular argárico, espatulado con caña.
Si la pasta está húmeda, el alisado con palillo plano arrastrará granos de desgrasante formando ranuras. La caña evita ese efecto, pero no sirve para estirar o tensionar verticalmente el barro. la caña sólo puede utilizarse cuando el barro no se pega a ella. Su superficie es muy adherente con el barro húmedo.
Vaso bicónico argárico recién espatulado. 
La pieza debe secar durante varias horas para poderse bruñir. A veces de un día para otro. En la fotografía vemos que hay huellas de la adhesión de la caña a la superficie húmeda todavía en exceso. la forma bicónica, o lenticular, es poco frecuente pero típica del repertorio formal argárico. En Alicante tenemos el vaso de San Antón de Orihuela, cónico en la baso y curvado a partir de la carena, al estilo de piezas de Lorca o Fuente Alamo. Los prototipos del Argar son más simétricos, más lenticulares.
Vaso lenticular argárico o forma 6 de Siret.
En la fotografía superior la pieza es simétrica, lenticular, y con la boca más estrecha. El color del barro es diferente, con desgrasantes naturales de la zona de Carboneras, en Almería: polvo de dacitas con microcristales de hornblenda.
Copa argárica o forma 7 de Siret.
La copa argárica de la fotografía delata por su color que está en el punto de sequedad suficiente para garantizar un bruñido eficaz. 
Bruñendo una copa argárica con piedra.
Vaso o tinaja argárica, primer bruñido.
Tulipa argárica grande, segundo bruñido, esta vez con rodado.
Repasado del borde.
Cerámica argárica. Pieza terminada.
Tulipa de gran tamaño, espatulado.
En la fotografía superior observamos cómo un cuenco con mamelones es aprovechado como soporte para levantar la mitad inferior de la tulipa argárica. Si aceptamos que esta era la técnica habitual empleada, el estudio de un foco de producción cerámica del bronce argárico debería poder secuenciar las series de calibres idénticos o las mermas en diámetros producidas por el uso de determinados cuencos como soportes, así como familias de piezas producidas con los mismos defectos derivados de moldes identificables (ovalados, reparados, agrietados....)
Tulipa argárica cocida.
Vaso argárico en el ajuar de una tumba.
El fuego y la pasta natural y con desgrasantes, más el bruñido, han enriquecido la gama tonal de la pieza.
Otro vaso, de paredes casi rectas, forma 8 de Siret.


miércoles, 20 de agosto de 2014

Fascinación por la tierra

      
                                                            Fascinación por la Tierra.


Desde hace treinta y cinco años disfruto saliendo al campo los fines de semana. A la pasión por la arqueología he unido la curiosidad y el interés por la geología, la paleontología y la mineralogía. Estas aficiones me permiten en cada excursión recolectar arcillas, desgrasantes y pigmentos naturales.

Pigmentos de hierro en Peña del hierro, Nerva.


       He probado una docena de pastas comerciales de baja temperatura, y las utilizo, pero disfruto experimentando con las que yo mismo preparo recolectando barros naturales. Recuerdo una experiencia de hace doce años: en un saladar cercano a Elche y pegado al mar recogí una pequeña muestra de barro. La capa superficial gris, salobre y arenosa, de apenas dos centímetros, cubría una capa de arena suelta marrón de unos diez centímetros. Debajo de ésta, un palmo de fango gris oscuro, maloliente, formado por restos vegetales en descomposción (plantas barrilleras), cuajado de moluscos de dos especies. Cogí a partes iguales un puñado de la arena marrón y otro del fango, separando las valvas y los gasterópodos a mano. Amasé una bola y modelé unas figuras sencillas. Cocidas a 900º C en horno eléctrico el resultado fue una terracota amarillenta, claramente bandeada, oquerosa (numerosas vacuolas dejadas por restos vegetales y fragmentos de concha deshechos). Esta pasta me recordó de inmediato algunas terracotas púnicas.
Terracotas ibicencas.
      
Alfarería tunecina actual. Barro poroso y vacuolas.
       Un amigo ceramista me advirtió de los riesgos de la volatilización de la sal para las resistencias de mi horno.
      Experiencias de este tipo he realizado en torno a ciento cuarenta en los últimos diez años, la mayoría con barros naturales, pero también un buen número partiendo de arcillas naturales y adición de al menos treinta desgrasantes naturales recogidos por mí  en el entorno de las provincias de Alicante y Murcia, especialmente con materiales de la zona minera de Cartagena, la Unión y Llano del Beal. La fotografía al pie es de la superficie del citado saladar con especímenes de Potamides sp.
Potamides en saladar de Aguamarga.