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domingo, 14 de enero de 2018

Sobre cerámica campaniforme: técnicas de impresión e incisión.



Sobre cerámica campaniforme: técnicas de impresión e incisión.


Bruñido del canto.

He dedicado varias entradas anteriores a las técnicas decorativas de vasos campaniformes, como los del Acebuchal de Carmona y otros, (haciendo un vaso campaniforme) y ahora, con motivo de la reproducción de un vaso procedente de una tumba individual, del arenero de Madrid llamado arenero de Miguel Ruiz, quisiera hacer algunos comentarios glosando un apartado de la publicación de Rojo-Guerra, Garrido-Pena y García-Martínez de Lagrán, CSIC, TRABAJOS DE PREHISTORIA 63.
que estudia un vaso campaniforme del Túmulo de la Sima hallado en miño de Medinaceli, Soria.

Estilo campniforme marítimo con bandas lisas.

En el arenero de Miguel Ruiz, en Madrid, en la carretera de Andalucía, apareció una tumba individual, cubierta con losa, con ajuar de dos vasos campaniformes marítimos, una cazuela lisa, un núcleo de cuarcita y un puñalito de cobre, según recoge el Marqués de Loriana, en el Archivo Español de Arqueología en 1942.

Los vasos campaniformes son característicos de la cerámica eneolítica o calcolítica.

Uno de los vasos, el que intento reproducir al menos en cuanto las técnicas que pudieron utilizarse,
es proporcionado entra anchura y altura, sobre catorce centímetros, sobresaliendo uno más en el diámetro de boca.

Bruñido de un vaso cmpaniforme.

La decoración la forman líneas paralelas formando bandas alternas rellenas con retícula de líneas oblicuas y, entre bandas, un esquema repetido de línea de puntos impresos entre líneas también puntilladas. Junto al borde y en el circulo basal, secuencia de triángulos también puntillados.

Campaniforme listo para cocción.

Utilizaré una ruedecilla como instrumento para todas las impresiones, excepto las líneas de puntos que van a punzón.
También una pasta con desgrasante fino que, aunque no será perceptible al ser engobada l pieza antes del bruñido, me permite trbjar cn una consistencia similar a la de la pieza a reproducir, muy arenosa según la descripción del Marqués de Loriana. Ello afecta a la rigidez durante el secado, por lo tanto tiene sentido hacerlo así si se quiere experimentar la técnica.

El engobe permite mejor bruñido.

Nos dicen los autores del trabajo citado que el estudio detallado de las técnicas decorativas con las que ejecutaron las decoraciones campaniformes ha sido uno de los aspectos más olvidados por la investigación. Ello habría perpetuado ciertos lugares comunes que jamás han sido argumentados, y analiza el de la técnica incisa en el sentido de su interpretación como un elemento diferenciador fundamental de la cronología, y los aspectos cultural y étnico.

El bruñido interior es delicado por la fragilidad.

Según estos autores un análisis de detalle de las técnicas decorativas campaniformes indicaría lo contrario, aseverando que “se puede constatar una clara continuidad técnica en la ejecución de las decoraciones a lo largo de toda la secuencia estilística campaniforme peninsular.
Se refieren no a la estructura y características de los diseños ejecutados, bien distinta entre los tipos cordados, marítimos y Ciempozuelos, pero sí a la técnica con que fueron realizadas todas las decoraciones campaniformes.

Almagra o engobe a base de óxidos de hierro.

La conclusión primera es que todos los vasos campaniformes son impresos. Pero variando el instrumento empleado: una cuerda, un peine en los marítimos, y un peine liso en los llamados incisos.

El bruñido reduce las aristas si se han hecho líneas incisas previas al puntillado.

Se remiten a las investigaciones de Salanova, en Francia, quien ha demostrado que las líneas impresas con peine se conforman por diversos tramos de longitudes semejantes, obtenidos mediante la aplicación sucesiva de corto instrumento dentado, mayoritariamente “tramos rectilíneos de 20-25 mm. de longitud y formados por entre 15-20 dientes regulares para los trazos oblicuos”, afirmando identificar el instrumento utilizado para la impresión con la célebre concha del Cardium.

Campaniforme impreso con líneas de triángulos, oblicuas y cruzadas en retícula.

Validando esta conclusión, no cabría hablar de técnica incisa. Apoyándose además en la ausencia de rebabas que produce la incisión, si bien matizando que el bruñido superficial las eliminaría, al menos parcialmente.

El bruñido en seco exige mayor presión.

Este argumento quizás no ha considerado el escobillado de la pieza, previo al bruñido, que hace desaparecer las rebabas.

Las piezas de cerámica más delicadas del calcolítico.

Clarísimo es el argumento de la diferencia de aplicar impresión o incisión a los círculos pequeños de la base de los vasos. Señala ejemplos de composición de estos círculos a base de segmentos rectos, conformando polígonos. Esta imperfección no se da cuando se usa un punzón para trazar (incisión), pues se trabaja con el ángulo de inclinación.

Campaniforme engobado de gris castaño.

Mi humilde parecer es que si el instrumento es ruedecilla y no peine, sí es posible jugar con la inclinación y obtener círculos bien conformados, aunque más difícil cuanto menor el radio.
En todo caso el argumento busca reforzar la hipótesis de una continuidad técnica, y, por ende, mayor relación entre el estilo llamado inciso y los tipos marítimos antiguos, con independencia de las claras diferencias en las características y organización de los motivos decorativos.

Técnica de excisión combinada con puntillado.

Por tanto, todos los estilos campaniformes serían impresos y sería el instrumento utilizado el condicionante de la técnica, siendo los diseños fruto de la evolución estilística de ese continuum técnico.

Decoración con punzón dentado de madera.

La cuestión es del mayor interés, pues los intercambios culturales vienen estableciéndose por paralelismos técnicos y esquemas decorativos dentro de un esquema cronológico atento a otros factores añadidos.

Campaniforme marítimo. Oblicuas en bandas.

 Así, citan que Alday considera, en función del incremento de hallazgos de vasos de estilo marítimo o impreso en sentido clásico,m mucho más probable la existencia de una ruta terrestre que atravesando la Meseta, pasaría los Pirineos, por un lado hacia Cataluña y la costa levantina, y por otro hacia el País Vasco, y bajaría descendiendo hasta la zona de Soria por el valle del Ebro y, desde allí, a través del valle del Duero, enlazaría con el valle del Tajo por su cuenca alta, llegando a Portugal.

Vaso terminado.

Las consideraciones sobre la dificultad técnica de levantar el vaso, perfilarlo, engobarlo, imprimirlo y bruñirlo han sido expuestas con carácter general en varias entradas anteriores sobre el campaniforme, (réplicas de vasos campniformes),  aparte de las consideraciones experimentales hechas, con toda modestia, al hilo de comentar el estudio citado, quisiera recalcar algunas.

La incrustación de pasta blanca realza la decoración.

El espesor de las paredes del vaso es determinante a la hora de trabajar con impresión. El tercio superior, para espesores de en torno a tres milímetros, sólo dejará impresiones claras que soporten el bruñido, estando húmeda la pasta. Basta una noche a la sombra para que la tarea se torne dificultosa por el riesgo de deformar o quebrar la pared del vaso, y ello aún usando las yemas de los dedos para contrarrestar internamente la presión del punzón sobre la pared externa. 
Otro vaso terminado.

Obviamente, si el vaso no ha secado siquiera ese tiempo, puede dejarse trabajar mediante impresión en los dos tercios inferiores, pero el superior se deforma fácilmente sólo con moverlo, a pesar del desgrasante que, de algún modo, permite una mejor manipulación. Ninguno de esto problemas se plantea con la incisión a punzón, ue puede ser en seco sin rebabas) o con la pasta húmeda, cepillando las rebabas para eliminarlas antes del bruñido con canto rodado.

Realzado de las bandas lisas con bruñido final.

Dejo fotografías de algunos vasos campaniformes que he realizado últimamente, del proceso y de la pieza terminada incluso con aplicaciones de pasta blanca, dejando para la próxima entrada las fotografías de las piezas efectuadas imitando la técnica del vaso del Arenero de Miguel Ruiz, para no saturar de imágenes.

Vaso campaniforme inciso, punzón liso.


viernes, 6 de mayo de 2016

Réplica de los vasos del Acebuchal: aspectos técnicos, primera parte.


Réplica de los vasos del Acebuchal: aspectos técnicos, primera parte.

Para una aproximación a las pastas campaniformes, he seguido el trabajo Características estructurales y mineralógicas de cerámicas campaniformes procedentes de Monturque (Córdoba)”, (J. BARRIOS, J. J. NAVAS, A. LOPEZ-PALOMO).




Pasta de arcilla triásica, desgrasantes recolectados en zonas de metaforfismo.


Monte Sancti Spiritus, La Unión. materiales metamórficos.


El análisis mineralógico de desgrasantes concluyó la existencia de cuarzo y calcita como componentes mayoritarios. Además, en cantidades menores y en proporción variable, micas, feldespatos, cloritas y dolomita. La granulometría distingue dos diámetros dominantes, el fino que acompaña a las arcillas del barro inicial, y el grueso que ha sido incorporado intencionadamente como desgrasante. 


Acuchillado de un vaso a mano.
 
Se advierte que estos desgrasantes no coinciden con las determinaciones hechas para hallazgos de Zamora, donde no aparece el material calcáreo. Concluye que contienen materiales procedentes del Neógeno (propios de la Depresión del Guadalquivir), o del Triásico (identificables por la presencia de cuarzo idiomorfo), y atribuye el origen del material metamórfico (esquistos, cuarcitas) a sedimentos cuya área-fuente debe ser Sierra Morena o Sierra Nevada. 


Depósitos arcillosos triásicos del Verdegás de Agost, Alicante.
 

Las pastas las clasifican, por color, en gris claro, gris, gris verdosa, gris ceniza, gris plomizo, negruzca o negra. Las superficies, por color, en: blanquecino-marfil, gris claro, plomizo, gris oscuro y negro. El bruñido exterior en seis de nueve casos, los otros tres, alisado. El bruñido interior, en un caso.


Erosión diferencial de materiales triásicos ricos en arcillas.



 La decoración, sobre nueve piezas, incisa en cinco casos, puntillado exclusivamente en un caso, en otros dos, y en dos más combinada incisa/puntillada. La combinación de impresiónes puntilladas con el bruñido, se da en dos casos, en otros dos junto al puntillado se da el alisado de la superficie.

                                                Contacto de arcillas rojas y margas grises.


A destacar, por suponer cuestiones técnicas: en todos los casos las pastas van del gris al negro. Esto es difícil de asociar con arcillas de zonas neógenas en cocción oxidante. Las pastas grises pueden obtenerse por adición de manganeso a la arcilla clara, y, comúnmente, aparecen barros naturales oscuros en zonas de metamorfismo (descomposición de pizarras). Podemos entender entonces que el proceso de cocción habrá sido NECESARIAMENTE reductor, incluso valorar una carbonación intencional, cerrando absolutamente el foso de cocción una vez alcanzada la temperatura máxima, para obtener el brillo metalizado de las superficies bruñidas de pastas (rojas, castaño, o clar5as engobadas). 



El bruñido no ha sido obtenido en ambiente reductor, sino por adición de engobes grises y manganeso.
 
Por otra parte, la combinación bruñido-puntillado presenta dificultades técnicas, por lo que el alisado sería el momento de practicar la impresión. Se comentará en la descripción del proceso de réplica experimental. En un caso de los analizados en el trabajo que seguimos, pasta y superficie presentan notable diferencia de gama de color, lo que nos permite abordar la cuestión de los engobes. Se echa de menos la observación, a partir de microscopía de las secciones en lámina delgada, de la existencia o no de capas sobre la pasta. Así como una pared antigua suele presentar un aspecto bien alisado y enlucido al exterior, mientras que interiormente está conformada con piedras irregulares de distintas formas, composiciones y tamaños, la estructura ideal de una vasija que va a ser exquisitamente decorada mediante puntillado e incisión debe ser similar. La pasta contendrá desgrasantes que ayuden a soportar el choque térmico de cocción en foso, mientras que el alisado y bruñido de las superficies exige un acabado fino, muy liso y homogéneo que permita el bruñido y no convierta las líneas de incisión en barrancos quebrados irregulares por la presencia de los clastos.





Cerámica tartésica grosera, con abundancia de desgrasantes. Museo de Sevilla.


 Este aspecto es importante, y afecta además al color del vaso, que no necesariamente coincidirá con el de la pasta. Ya hemos dicho que también la cocción reductora nos llevaría a gamas de grises-negros con pastas de tonalidad rojiza. Los fuertes ahumados con las piezas incandescentes en hoguera tapada producirían a menudo estas carbonaciones brillantes, metálicas, incluso no siendo intencionales.



Bruñido de una copa estilo Acebuchal. Pasta clara calcárea y engobe gris.

La solución del alfarero, en este caso ceramista, es dar una o varias capas finales de engobes finos, cuanto más aptos para el bruñido mejor, libres de arena y gruesos, y que pueden ser negruzcas para propiciar el contraste con el relleno de las incisiones o impresiones de puntillado.


 
Bruñendo con cuero el interior de un cuenco fuente. Decoración incisa y puntillada.


Se puede establecer para Monturque, según estos autores, que las piezas fueron sometidas a un proceso de cocción en el intervalo de temperaturas de 500 a 700°C., sin superar los 710.
Incluiremos una prueba de dureza y color de estas pastas bruñidas a muy bajas temperaturas para obtener información a partir del dato de medición térmica citado.

Incrustación de pasta calcárea en las impresiones puntilladas. Vaso estilo Acebuchal.

Por último, en cuanto a la adición (por incrustación) de pasta blanca para contrastar el dibujo con el color del vaso, se han publicado algunos estudios. Básicamente se trata de responder dos preguntas: el material que se utilizó, y si se aplicaba antes o después de cocida la pieza.
Resumo del trabajo de Odriozola et alt, “Los rellenos de pasta blanca en cerámicas campaniformes y su utilización en la definición de límites sociales.”
El 80% de las incrustaciones son de color blanco, que puede obtenerse de huesos, rocas calcáreas, caolinita, margas o feldespatos. Para Pajares de Adaja (Avila) y Fuente Olmedo (Valladolid) se utlizó carbonato cálcico. La presencia de cal en la mayor parte (32) de muestras estudiadas propició la hipótesis de que pudiera proceder de una actividad post deposicional, en concreto absorción del carbonato a partir del agua de lluvia que impregna el estrato.
Para los campaniformes del Guadiana Medio se determinó el uso del hueso molido., probablemente empastado con agua o grasa. los apatitos biológicos, contenidos en los huesos, están presentes en una proporción de 9 a 1 frente a la cal.

Tabla de pruebas de incrustación de pastas blancas. temperatura de cocción, según los trabajos del grupo de Monturque.


La Unidad de Arqueometría de la Universidad de Santiago, ha estudiado también la caracterización de pastas blancas incrustadas en campaniformes gallegos, trabajos iniciados antes por Prieto, concluyendo que las materias utilizadas como pasta incrustada siempre son distintas de la propia pasta cerámica del vaso, y recolectadas en un radio no mayor a 7 kilómetros desde el lugar donde se produjeron las cerámicas, según apuntaba ya un análisis de 289 piezas prehistóricas de la comarza de Deza-Ulla. Sobre este particular se realizará la siguiente experiencia. Sobre una placa de pasta con la terminación adecuada, se decorará con incisión y puntillado la superficie, rellenándose una zona delimitada con hueso molido y la otra con cal, y efectuándose una cocción a 700 grados de temperatura, límite de los análisis de Monturque.
Se repetirá la experiencia sobre un fragmento ya cocido, para comprobar la resistencia al lavado y manipulación de ambas soluciones utilizándose algún aglutinante.

Limpiando los sobrantes de pasta de cal.