Arcillas triásicas de Agost. | |||
Las Tres Hermanas. |
Hoy
he salido al campo a prospectar, por ver si encuentraba alguna
arcilla para probar. Estas tierras del sur de Alicante son una
paradoja, pues cualquiera diría que con un poco de agua son capaces
de producir. La desertización es palpable, la aridez de muchos
rincones, extrema.
Tierra reseca y erosionada al norte de Elche. |
He
recorrido la falda de una sierrecita entre Elche y Aspe llamada las
Tres Hermanas, calizas bien estratificadas, habitada en la Edad del
Bronce, con vistas a La Horna, donde también en aquella edad
habitaba una comunidad humana , al Peñón de La Ofra y al Hondón de
las Nieves, al sur.
La
tierra es blanca, pedregosa, seca, un espartal calvo donde las
escasas lluvias, a menudo torrenciales, socavan muros antiguos,
caminos y taludes, un pedregal adornado por algunos algarrobos (que
aquí decimos garroferos), y poco más.
Vegetación muerta por las sequías endémicas.
Sin
embargo, la vista del cielo azul y limpio, y el fuerte aroma del
matorral vuelven una y otra vez a encandilar los sentidos del
caminante.
Cansado
de ver esqueletos de plantas y huesos de conejo, decido irme a una
zona con más colores.
Al
sur del pueblo de Agost, y a levante de la estación del tren,
aparecen las arcillas triásicas del keuper, de colores muy vivos.
Esta zona, entre La Alcoraya y el Verdegás, atravesada de este a
oeste por las vías del tren, es también árida, plantada
escasamente de viña ,y abundante en viejas explotaciones de yesos y
arcillas, con casitas dispersas y algún perro salteador.
La
arcilla aparece como producto de la desintegración en bolas y
láminas de rocas más compactas, de varios colores, será eso que
llaman arcillas versicolores, en niveles por debajo de limos y cantos
cuaternarios de calizas y areniscas, una tierra reseca y
blanquecina, a veces algo rosada o anaranjada, que ha llenado estas
cubetas con arrastres de las sierras del Cid, del Maigmó, del
Ventós... y que da excelentes uvas.
Una estratificación bien definida, con líneas de falla y multicolor.
Formando
un bandeado que repite su secuencia de color como una jarapa,
arcillas, margas, a veces yesos, llenan el paisaje de tonos
amarillos, verdes, azulados, grises, rojo vino, rojo ladrillo,
granate.
Pueden verse dendritas de pirolusita en el material amarillo.
El
material, en el suelo, se desmenuza en montoncitos, lentejas o
lascas, como puestos de un mercado de especias. Pero no es fácil
encontrarlo en polvo fino. Estas arcillas, aunque se disgregan
naturalmente, necesitan ser trituradas para poderlas usar, no se
dejan decantar en agua. Servirán para ladrillos, para material de
construcción.
La fractura se produce por capas como en las cebollas.
Discordancia de los niveles.
Los
vaciados artificiales de las canteras son impermeables, por ser de arcilla, por eso
después de las lluvias se forman pequeñas charcas que tardan en
evaporarse. El agua de estas charcas hoy está limpia, transparente,
verdosa, y con este calor de octubre, apetece bañarse en ellas.
Un paisaje muy hermoso y singular.
Agua transparente acumulada en la cantera de arcilla.
Me gusta el arte abstracto. El triásico superior de Agost.
Y una última, esta para el misterio....
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