martes, 13 de octubre de 2015

Algunas cerámicas neolíticas del Museo Arqueológico de Alicante


Algunas cerámicas neolíticas del Museo Arqueológico de Alicante.

La arqueología prehistórica suele relacionar directamente cerámica e inicio de la agricultura. Al hablar del neolítico es cuando se menciona la aparición de la cerámica. Los especialistas aseguran que en los territorios que hoy llamamos Comunidad Valenciana la ganadería ovina y el cultivo del cereal aparecen , junto a la primera cerámica neolítica con decoración impresa cardial, en el sexto milenio a. C. (Cova de les Cendres y Cova de l'Or).

                                                      Vaso cardial de Cova de L´Or, MARQ. 


Siguiendo a Jaume Coll Conesa  en sus "Apuntes para una síntesis de la cerámica valenciana", sabemos que el
 uso de la arcilla es anterior, sin embargo. El testimonio bíblico nos dice que Yahvé utilizó el barro para crear a la primera pareja humana. El barro sedimentado e hidratado en las cuevas, en charcas, en las orillas de ríos y lagunas, lo hizo accesible al uso directo por el hombre. La plasticidad del barro fue la propiedad del material que permitió esa experiencia directa, pero el secado y endurecimiento natural también. El endurecimiento del barro al fuego cambió muchas cosas en estas sociedades sedentarias.
Como material constructivo lo encontramos ya nueve milenios antes de Cristo, en la antiquísima Jericó.

                                                        Vasos cardiales de Cova de L´Or, MARQ

                      Magnífico vaso decorado con franjas verticales y horizontales realizadas con borde del cardium y dos asas de cinta también decoradas.
Las arcillas se obtenían generalmente de depósitos próximos a los lugares de hábitat, y eran seleccionadas según los objetos a fabricar, a partir de la experiencia. A menudo era necesario añadir desengrasantes, elementos que restaran plasticidad a la arcilla, pues no puede trabajarse cuando es en exceso pegajosa, como arena con alto contenido en granos de cuarzo, dolomita, calcita, o materias vegetales, paja desmenuzada, cenizas, estiércol. que eran convenientemente machacados antes de mezclarlos con el barro. Otras veces el barro venía mezclado de forma natural con estas materias.

Charca en depósito de arcillas.
Cuenco ovoide argárico de la Illeta dels Banyets, también expuesto en el MARQ, donde se aprecia el desengrasante mineral.
  
Estos aditivos minerales se comportan como los guijarros mezclados en la argamasa, reduciendo los riesgos de rotura en el secado y la cocción, y mejorando la resistencia tanto térmica como física de los objetos. Si los desgrasantes eran orgánicos facilitaban la obtención de pastas más compactas.

Detalle de la decoración de hombro y cuello a base de líneas impresas con el borde y terminadas con la punta o ápice de la concha cardium.




Las asas y pitorros de estas cerámicas cardiales son originales, representativas de una estética pretendida.


 
La confección del vaso se realizaba a mano con diversos procedimientos: abriendo una bola de barro con los pulgares, levantando rollos de arcilla o mediante una horma o soporte para sustentar la parte inferior del vaso, un soporte bien de cestería o madera, media calabaza o un vaso ya cocido, lo más fácil. La aplicación de las asas o pitorros se efectuaba una vez el barro conseguía la dureza del cuero y tras su alisado y acabado superficial. En ocasiones podía recibir también un recubrimiento de engobe realizado con barro muy líquido o con almagre, óxido de hierro rojo. Posteriormente, con el barro aún fresco, la pieza era decorada por impresión , bien con el extremo de una concha de molusco, en general el berberecho (Cardium sp), de borde ondulado, o con otros objetos como cañas cortadas o huesos. Sobre el barro seco se podían practicar incisiones con elementos aguzados duros, punzones de hueso o madera. En algunos períodos la superficie ya seca se bruñía con una piedra de río de superficie suave y compacta antes de su cocción, lo que compactaba su superficie y la volvía brillante .

Subiendo a rollos una pieza campaniforme sobre horma.
Bruñendo la misma pieza casi seca.



En el caso de la Cova de l'Or, Gallart ha señalado una evolución técnica de sus cerámicas a lo largo de la secuencia histórica:inicialmente vasos muy delicados, con poco desengrasante mineral y superficies bruñidas ricamente decoradas con impresiones de cardium; después, vasos de arcillas desengrasadas con inclusiones minerales, a veces engobados, destinados a usos más comunes. Esta evolución explica el paso de una utilización quizás ritual a otra eminentemente práctica, al uso cotidiano, que supone la reducción de tiempo en los procesos de fabricación y mejora el rendimiento al minimizar los riesgos de rotura en su cocción y posterior uso.

Tonelete cardial apenas decorado (MARQ). El tono gris mate de la pieza sugiere el añadido de ceniza a la superficie justo antes de secar. Quizás para resaltar las impresiones.

Cuenco neolítico con asa de cinta horizontal. MARQ. esta pieza tiene paralelos en el Museo de Prehistoria de Valencia y en Alcoy, procedentes de Cova de L´Or también, pero con una profusa decoración impresa cardial.

                              Decoración de pequeñas adiciones de barro en series junto al borde.


Entre los yacimientos neolíticos valencianos de habitación destacan los ya enunciados de l'Or y de
Cendres (Moraira, Alicante), la Cova de la Sarsa, la Cueva de la Cocina (Dos Aguas), y la Cova Fosca
(Ares del Maestrat, Castellón), así como los poblados de superficie de Casa de Lara y Arenal de la Virgen
(Villena), Les Jovades (Concentaina), la Macolla (Villena), o la Ereta del Pedregal (Navarrés). Existen
yacimientos funerarios además en la Cova de la Sarsa, La Coveta Emparedada (Bocairent) o la Cova de Dalt.

Gran contenedor de agua neolítico que, hincado en tierra, recogía las gotas de agua destiladas por la roca de la cueva donde se situó para proveer de líquido a pastores y ganados. MARQ



Fragmento de vaso cerámico neolítico de la Cova del Montgó, Xàbia, (MARQ), de cocción oxidante, el cual presenta una decoración con pintura roja, almagra, consistente en series de triángulos alineados horizontalmente e intercalados con líneas en zig- zag.


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