Algunas cerámicas neolíticas del Museo Arqueológico de Alicante.
La
arqueología prehistórica suele relacionar directamente cerámica e
inicio de la agricultura. Al hablar del neolítico es cuando se
menciona la aparición de la cerámica. Los especialistas aseguran
que en los territorios que hoy llamamos Comunidad Valenciana la
ganadería ovina y el cultivo del cereal aparecen , junto a la
primera cerámica neolítica con decoración impresa cardial, en el
sexto milenio a. C. (Cova de les Cendres y Cova de l'Or).
Siguiendo a Jaume Coll Conesa en sus "Apuntes para una síntesis de la cerámica valenciana", sabemos que el
uso de la arcilla es anterior, sin embargo. El testimonio bíblico
nos dice que Yahvé utilizó el barro para crear a la primera pareja
humana. El barro sedimentado e hidratado en las cuevas, en charcas,
en las orillas de ríos y lagunas, lo hizo accesible al uso directo
por el hombre. La plasticidad del barro fue la propiedad del material
que permitió esa experiencia directa, pero el secado y
endurecimiento natural también. El endurecimiento del barro al fuego
cambió muchas cosas en estas sociedades sedentarias.
Como
material constructivo lo encontramos ya nueve milenios antes de
Cristo, en la antiquísima Jericó.
Vasos cardiales de Cova de L´Or, MARQ
Magnífico vaso decorado con franjas verticales y horizontales realizadas con borde del cardium y dos asas de cinta también decoradas.
Las
arcillas se obtenían generalmente de depósitos próximos a los
lugares de hábitat, y eran seleccionadas según los objetos a
fabricar, a partir de la experiencia. A menudo era necesario añadir
desengrasantes, elementos que restaran plasticidad a la arcilla,
pues no puede trabajarse cuando es en exceso pegajosa, como arena con
alto contenido en granos de cuarzo, dolomita, calcita, o materias
vegetales, paja desmenuzada, cenizas, estiércol. que eran
convenientemente machacados antes de mezclarlos con el barro. Otras
veces el barro venía mezclado de forma natural con estas materias.
Cuenco ovoide argárico de la Illeta dels Banyets, también expuesto en el MARQ, donde se aprecia el desengrasante mineral.
Estos
aditivos minerales se comportan como los guijarros mezclados en la
argamasa, reduciendo los riesgos de rotura en el secado y la
cocción, y mejorando la resistencia tanto térmica como física de
los objetos. Si los desgrasantes eran orgánicos facilitaban la
obtención de pastas más compactas.
Las asas y pitorros de estas cerámicas cardiales son originales, representativas de una estética pretendida.
La
confección del vaso se realizaba a mano con diversos procedimientos:
abriendo una bola de barro con los pulgares, levantando rollos de
arcilla o mediante una horma o soporte para sustentar la parte
inferior del vaso, un soporte bien de cestería o madera, media
calabaza o un vaso ya cocido, lo más fácil. La aplicación de las
asas o pitorros se efectuaba una vez el barro conseguía la dureza
del cuero y tras su alisado y acabado superficial. En ocasiones podía
recibir también un recubrimiento de engobe realizado con barro muy
líquido o con almagre, óxido de hierro rojo. Posteriormente, con el
barro aún fresco, la pieza era decorada por impresión , bien con el
extremo de una concha de molusco, en general el berberecho (Cardium
sp), de borde ondulado, o con otros objetos como cañas cortadas o
huesos. Sobre el barro seco se podían practicar incisiones con
elementos aguzados duros, punzones de hueso o madera. En algunos
períodos la superficie ya seca se bruñía con una piedra de río de
superficie suave y compacta antes de su cocción, lo que compactaba
su superficie y la volvía brillante .
Bruñendo la misma pieza casi seca.
En
el caso de la Cova de l'Or, Gallart ha señalado una evolución
técnica de sus cerámicas a lo largo de la secuencia
histórica:inicialmente vasos muy delicados, con poco desengrasante
mineral y superficies bruñidas ricamente decoradas con impresiones
de cardium; después, vasos de arcillas desengrasadas con inclusiones
minerales, a veces engobados, destinados a usos más comunes. Esta
evolución explica el paso de una utilización quizás ritual a otra
eminentemente práctica, al uso cotidiano, que supone la reducción
de tiempo en los procesos de fabricación y mejora el rendimiento al
minimizar los riesgos de rotura en su cocción y posterior uso.
Cuenco neolítico con asa de cinta horizontal. MARQ. esta pieza tiene paralelos en el Museo de Prehistoria de Valencia y en Alcoy, procedentes de Cova de L´Or también, pero con una profusa decoración impresa cardial.
Entre
los yacimientos neolíticos valencianos de habitación destacan los
ya enunciados de l'Or y de
Cendres
(Moraira, Alicante), la Cova de la Sarsa, la Cueva de la Cocina (Dos
Aguas), y la Cova Fosca
(Ares
del Maestrat, Castellón), así como los poblados de superficie de
Casa de Lara y Arenal de la Virgen
(Villena),
Les Jovades (Concentaina), la Macolla (Villena), o la Ereta del
Pedregal (Navarrés). Existen
yacimientos
funerarios además en la Cova de la Sarsa, La Coveta Emparedada
(Bocairent) o la Cova de Dalt.
Gran contenedor de agua neolítico que, hincado en tierra, recogía las gotas de agua destiladas por la roca de la cueva donde se situó para proveer de líquido a pastores y ganados. MARQ
Fragmento de vaso cerámico neolítico de la Cova del Montgó, Xàbia, (MARQ), de cocción oxidante, el cual presenta una
decoración con pintura roja, almagra, consistente en
series de triángulos alineados horizontalmente e intercalados con
líneas en zig- zag.
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