Sa Galera. Cerámicas púnico ebusitanas en la costa de Mallorca.
Askos púnico de Sa Galera, Mallorca.
Fechado en torno al año 200 a. C. Fue hallado en una cisterna, donde se colocó
después del incendio de los edificios, asociado a un cuenco.
Un paseo circunstancial
por Palma me llevó a la exposición de Sa Galera, en Can Balaguer.
Allí conversé con Toni Gayá, un artesano del vidrio fenicio que
participa con un colectivo de amigos de dicho enclave arqueológico y
pude visitar la exposición.
Vidrio púnico.
Na galera es un islote a
escasos doscientos metros de una cala costera en Can Pastilla, en
medio de la bahía de Palma.
Este islote tan
estratégicamente situado para comerciar con la costa no ha sufrido
la urbanización contemporánea debido a que formaba parte de una
zona de prácticas militares.
El islote de Sa Galera visto desde la costa.
En 1967 el arqueólogo
Lluis Plantalamor encontró algunos restos púnicos en el islote.
destacando un molde de fundición de bronce. Víctor Guerrero,
después, trató en sus publicaciones el tema de la ocupación de
algunos islotes mallorquines por gentes púnicas. Más tarde Ramón
Martí, con un equipo de arqueólogos, restauradora, y voluntarios
entusiastas, han realizado seis campañas de excavaciones en tan
interesante enclave litoral.
Fragmentos de cerámica calcolítica mallorquina con decoración incisa, hallados en el islote.
Hace más de cuatro mil
años, gentes del calcolítico dejaron en Sa Galera pequeños cuencos
decorados con incisos, fragmentos de ollas y toneles. Parece que este
momento de ocupación del islote se relacionaría con una estructura
oblonga de piedra.
A comienzos del segundo
milenio se excavó allí una cueva funeraria de planta circular, con
un corredor de entrada y un nicho en la pared, asociándose
fragmentos de grandes toneles. Quizás fue el islote en este momento
denominado navetiforme un punto de intercambios comerciales.
El hallazgo de este molde de fundición de bronce o plomo hizo considerar a los arqueólogos la posibilidad de un taller metalúrgico itinerante en la isla.
Las excavaciones han
proporcionado numerosos fragmentos de cerámica talayótica, restos
de copas y ollas, junto a un molino de mano y posibles moldes de
fundición que se han querido asociar al mundo funerario, otorgando
al islote un carácter de espacio funerario y ritual, sagrado.
Jarra baleárica utilizada como urna de cremación.Segunda mitad del s. III a.C.
La llegada de los púnicos
procedentes de Ibiza a la isla se produce en torno al 300 a.C. Se
excavan cisternas y canalizaciones como parte del espacio ritual.
Moneda Ebusitana representando a Bes. Probablemente el motor que impulsó el asentamiento de gentes púnicas fue el comercio.
Entre la primera y la
segunda guerras púnicas, destruidas las ocho cabañas talayóticas
circulares de madera por incendio, fue erigido por estas gentes de
Ebusus un templo (después del 249 a.C.) con grandes sillares. Su
alzada de cuatro metros lo hacía visible al costear en la navegación
de bajura. En esta última guerra sufrió dos destrucciones, por
incendio y luego desmontaje de su estructura. Del momento de su
destrucción han aparecido junto a restos anfóricos y otras
cerámicas, metales, monedas, y una punta de proyectil de una máquina
de guerra conocida como escorpión.
Fue reconstruido antes de
la tercera guerra púnica con argamasa de tierra y cal, teniendo unas
dimensiones de 10 x 10 metros.
Botella púnico ebusitana,
ofrenda para sepultura de cremación, tercer cuarto del siglo III
a.C.
Cerámica púnica. Botella.
Ajuar de un enterramiento.
Dos piezas cerámicas fueron colocadas en la cabecera de una cista,
enterramiento de un adulto entre losas de piedra y cubierta.
Jarrito púnico ebusitano.
Fragmento cerámico con aplique plástico perforado como pitorro.
Detalle.
Jarra bitroncocónica.
Cerámica gris monocroma levantina, segunda mitad del s. III a.C.
Cuenco púnico ebusitano con estampilla de flor de ocho pétalos.
Cerámica púnica, cuenco.
Cuenco de cerámica gris
monocroma levantina.
Platos de pescado púnico
ebusitanos. Último cuarto del s. III a.C.
Característicos platos de pescado de borde vuelto barnizados.
Cuenco púnico ebusitano,
último tercio del siglo III a.C.
Cuenco de Campania con
decoración floral.
Reconstrucción antropológica del individuo masculino de
entre 35 y 40 años, y 1,65 de alto,
sepultado en cista en la
primera mitad del siglo II, boca arriba, con los brazos pegados al
cuerpo y las palmas de las manos visibles, probablemente amortajado.
Reconstrucción de la indumentaria.
Cuenco.
Fragmentos de ánforas
púnico ebusitanas.
Sobre un fragmento de
cerámica púnica ebusitana se escribió un texto (ostrakon) de
carácter mercantil, con letras griegas, traducible por “no pagado”
o por “no hay que pagar”, lo que avalaría la función del templo
como garante de las transacciones,y otro referido a la dedicación de
una figura del dios púnico de la salud, Eshmún, equivalente al
Apolo griego.
Ostrakon de Sa Galera.
Jarro norteafricano.
Jarra púnica ebusitana
del último cuarto del siglo III a.C.
Las cerámica púnico
ebusitanas son dominantes en todo momento, si bien, tras la derrota
de Cartago en la segunda guerra púnica, se observa una mayor
presencia de materiales itálicos, una mayor circulación de bienes,
en especial campanienses, como platos y vasos de paredes finas. Entre
los materiales púnicos se citan el askos, cuencos carenados con
decoración de goterones de pintura, cuencos con palmetas y morteros.
Inscripciones en las paredes de cuencos y jarras.
Anfora ebusitana PE-25.
Jarra púnico ebusitana.
Mujer de Sa Galera, reconstrucción antropológica a partir del esqueleto.
Gentes baleáricas, en un
momento impreciso posterior a la destruccción de Cartago en la
tercera guerra púnica (146 a.C.), tras la conquista de Mallorca por
Cecilio Metelo, construyeron una torre y un encintado murario de
argamasa en torno al templo, quizás para proteger la ensenada que,
frente al islote constituia el embarcadero.
A este momento
corresponden varios hogares y un horno.
Esqueleto de un individuo arrojado a una cisterna.
Loza medieval verde y manganeso.
No se han constatado
restos posteriores al siglo primero, hasta la época medieval. Restos
islámicos de cerámicas y vidrios sin relación con estructuras de
habitación y cerámicas de calidad catalanas y de Paterna del XIV.
Loza pintada con cobalto.
Marmorata italiana.
De época moderna se han
hallado restos de loza dorada catalana del XV, valencianos en azul
cobalto y dorado, marmorata italiana del XVI, ollas vidriadas,
cuencos pintados de Inca, del XVII y XVIII, monedas de Carlos IV y
Felipe V.
Este islote documenta un
larguisimo período de la prehistoria y protohistoria mallorquina. La
presencia de gentes púnicas, y la erección allí del templo, son
singularidades en el contexto de la historia de Mallorca que ayudan a
comprender las interacciones culturales en esta parte del Mediteráneo.
Fragmento de una olla vidriada común.
Destacamos la importancia
de la labor llevada a cabo por asociaciones y voluntarios, un modo de
participación que contribuye grandemente a la mejor difusión del
patrimonio arqueológico y el aprecio de la sociedad por conocer
mejor una historia enterrada y particular en cada sitio desde la
arqueología.
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