domingo, 29 de marzo de 2020

Cerámicas arqueológicas del Museo de Narbona.




Cerámicas arqueológicas del Museo de Narbona.


Fragmentos de piezas cerámicas derivadas de la paleocristiana gris y naranja.

Narbona, capital de la Septimania, fue una importante ciudad romana con puerto fluvial.
El Museo arqueológico se encuentra en el conjunto de edificio medievales del Palacio Arzobispal, junto a los restos de un tramo de la Vía Domitia. Sus fondos son impresionantes por cantidad y calidad.

Pera. Fresco del Clos de la Lombarde, Narbona.

Desde la Prehistoria, con restos del neolítico y edad del Bronce, donde llama la atención la restitución de enterramientos de los yacimientos de La Clapa y Bisa, hasta la edad del hierro, con colecciones procedentes de excavaciones y colecciones privadas, cerámicas etruscas y áticas, indígenas y campanienses, nos conducen a las salas romanas, donde a la cerámica abundantísima se suman, constituyendo una unidad que podría por sí misma ser objeto de un museo separado, los restos hallados en la villa llamada Clos de la Lombarde, o Cercado de la Lombarda, al norte de la ciudad vieja, con numerosos restos de frescos y material edilicio. 


Los restos de las pinturas se presentan de forma didáctica abarcando los distintos períodos de la pintura mural romana, sus materiales y técnicas, junto a una espectacular maqueta del edificio de la villa. Estatuaria, relieves, estelas y lápidas, que junto con la inmensa cantidad que de estos materiales y en tamaños ciclópeos se encuentran en un museo específico próximo, ocupando amontonados toda una iglesia gótica, el Lapidarium, dan una idea de la magnificencia de esta urbe romana. Algunos materiales paleocristianos, incluyendo varios y espectaculares sarcófagos cierran esta visita.
Una parte notable de los materiales de la edad del hierro anterior a la era, procede de la primitiva Narbo.

Atlet. Pieza ática importada al oppidum de Montlaurès.

Montlaurès es un oppidum situado a cuatro kilómetros de Narbona, en un altozano sobre la llanura del Aude, rico en agua, cuya ocupación va desde la mitad del S. VI a.C a la mitad del I antes de nuestra era. El lugar, capital de los elisyques, se identifica con la antigua Naro o Narbo de las fuentes griegas, y fue un enclave donde, a través del comercio, los indígenas se relacionaron estrechamente con tradiciones culturales iberas, ligures y célticas.


Tinaja ibérica, zona valenciana.

Kalathos, producción ibérica catalana.

En 118 a.d.C. Los romanos fundaron la Narbona actual en un próximo brazo del río Aude.

El descubrimiento en 2020 de una extensa necrópolis romana en los accesos a la ciudad, con más de 1100 nuevas tumbas, y el proyecto de un nuevo museo de civilización romana con espacios arquitectónicos modernos hacen que la visita a Narbona para el amante de la arqueología romana sea un lujo.

Personaje con Cornucopia y pátera.
    Clos de la Lombarde.

Intentaremos dar una visión en secuencia cronológica de las colecciones de cerámica, aunque el planteamiento expositivo del museo sitúa la prehistoria en las últimas salas siguiendo su recorrido.
También omitimos expresamente materiales no cerámicos, que para este período en concreto son en piedra tallada y pulida, hueso, recreaciones de tumbas múltiples en cueva y numerosos objetos en cobre y bronce, en particular algunas magníficas hachas.

Crátera ática.

El mismo criterio hemos seguido para los períodos posteriores, especialmente para la época romana, donde la profusión de todo tipo de materiales no cerámicos exigiría un planteamiento diferente del presente artículo. Hacemos excepción de algunas pinturas romanas, Presentaremos otro trabajo sobre el mundo funerario romano, pues el conjunto estatuario y epigráfico lo merece por su amplitud y calidad.
Detalle de un fresco.

Del neolítico antiguo se exhiben materiales de las grutas de Poussaron y La Cruzade, y del yacimiento de Leucate-Corrège.
El neolítico medio está representado por dos culturas, Chasséen y Bizien, representadas por los yacimientos de Langel y la Petite Grotte de Bize.




Cuenco hemiesférico neolítico.

Fragmentos de cerámica cardial.

Decoración epicardial.

Cerámica epicardial a punzón.

Neolítico final.

Bizien.

Fragmento neolítico con asa de tubo perforada.

Neolítico medio.

Chasseense.

Neolítico medio.

Las culturas de Saint Ponien y Verazien preceden al momento campaniforme, edad del cobre.



Las cerámicas de la edad del bronce se exponen divididas en sus períodos clásicos.


Vasija del Bronce.

Las colecciones de cerámicas importadas durante la edad de hierro no siempre proceden de excavaciones locales, pues se agregan colecciones en su día privadas de procedencias diversas. Comenzamos con las producciones griegas y etruscas.

Aryballoi corintios.

Importaciones áticas de figuras rojas.

Askós de barniz negro.

El bucchero nero etrusco imitaba el metal.

Copa de pie alto en bucchero nero. Imita a la perfección la forma ática.

Enócoes etruscos.

Askós ático de barniz negro con personaje barbudo en el medallón.

Gorgona en un cílica ática de figuras rojas.

El bucchero nero se produce en Etruria desde el 670 a.C, siendo tres sus centros principales: Cerveteri, Tarquinia y Chiusi.
Elegantes formas de inspiración fenicia o griega, hechas con una pasta fina, sonora y ligera, y con un barniz de brillo matizado, sutil. Son pastas muy elaboradas, finamente tamizadas, con desgrasantes y fundentes. Pretende imitar el metal, y se obtiene mediante cocción reductora.

Cílica y escifo.

Selección de fragmentos áticos con personajes.

En una primera fase, buccero sottile, la producción es de paredes finas, con decoraciones a base de finos incisos, ondulaciones, olas, incluso representaciones animalísticas o antropomorfas estilizadas.
Un fase intermedia se decoró con estampillados sutiles, sobre pastas mas gruesas, y su cronología va del 620 al 580 a.d.C. Se denominada Bucchero pesado.

Copa y copita en bucchero.

Enócoe y escifo en bucchero nero decorados con finos incisos paralelos en banda.

Según la técnica se ha dividido también la producción de bucchero en decorado a estampa, a cilindro, inciso, o, por el tipo de barniz, translúcido.


Copa en cáliz con omphalos central, sostenida por personajes femeninos y esfinges. Principios del VI a.d.C, bucchero nero.

Pies de lekanes sicilianas.

Partida de un guerrero samnita en un escifo campano de figuras rojas.

Plato ático de figuras rojas.

La cerámica campaniense se produjo entre los siglos IV y I a.d.C. en Italia, en Sicilia, Campania, Etruria y Lazio, prolongando casi hasta el cambio de era parte del repertorio esencial de barniz negro ático introducido por colonos griegos.

Lucernas campanienses.

La campaniense A se produjo en Nápoles a finales del siglo IV a.d.C., La B, de barniz ligeramente azulado, comenzó a producirse en el área etrusca en torno al II a.d.C., para seguir produciéndose en Campania y el Lazio. La campaniense C se distingue por su pasta gris, recubierta de un barniz negro más espeso y alcanzó gran difusión en el primer siglo antes de la era, alcanzando gran difusión.

Cuencos campanienses.

Platos campanienses.

Platos de pescado.

Las sigillatas. Omitimos repetir la explicación y clasificación de estas producciones que han sido tratadas en distintos artículos del presente blog, con la excepción de las tardías.
Es impresionante el cúmulo de piezas, literalmente apiladas, de las producciones sudgalicas de La Graufessenque, Millau y Lezoux.

Sigillata.

Fragmento de moldes de terra sigillata.

Molde para terra sigillata.



Pies de vasos.

Producción industrial sudgálica.

Abundantísimas muestras de terra sigillata.

Literalmente, apiladas.

La marmorata es una sigillata especial amarillenta con aguas rojas.

Las sigillatas africanas claras C y D.
De pastas arenosas, anaranjadas a rojizo oscuro, y un recubrimiento del mismo color de calidad variable.

Cerámica africana de cocina.

A partir del siglo II d.C., las provincias romanas de Tarraconense, Bética y Narbonense conocen un momento de debilitamiento económico y, simultáneamente se produce un vigoroso despegue del área norteafricana. Parece que allí se cargaban los barcos con estas vajillas de mesa completando cargamentos de vino, aceite, trigo, garum, etc.

 Las áreas de producción fueron dos, y sus productos se denominan sigillatas africanas claras C Y D. La C ese produjo en el interior de Túnez, y la D, más tardía, llegando hasta el s. IV de la era, en Cartago.

Las producciones galas tardías son de pasta beige a naranja rosado, a veces con lametones de quemado. Su producción se centró en el Macizo Central, Rhone y Saboya.

Cerámica local tardía imitando producciones anteriores.

A finales del siglo IV, artesanos locales de Languedoc inician la producción de cerámicas engobadas y decoradas con punzones o estampillas. En el entorno de Narbona han aparecido numerosos ejemplares de estas producciones, caracterizadas por la riqueza decorativa.

Producciones de Languedoc, trabajadas con estampillado.

Producciones tardías. Copas â marli, de borde horizontal y profusamente decoradas a punzón.

Cerámica estampillada tardía con lametones de fuego.


Tinaja urna.

Además de las producciones romanas descritas, convivieron con ellas otras producciones denominadas genéricamente cerámicas comunes. De entre ellas destacan dos: las de paredes finas y las de pastas claras.

Cerámicas comunes romanas.

Vasitos de ofrenda.

Se llaman de paredes finas vasos cuyo espesor no pasa de un milímetro, generalmente cuenos y vasos. Su aspecto puede ser muy variado, los hay arenados, decorados a la barbotina, de pasta gris o negra o amarilla a blanca, como los producidos en la Bética. El centro productor inicial se localiza en Italia central, aunque hay producciones galas o hispanas. Se difunden en el siglo I para ir desapareciendo paulatinamente a los largo del segundo siglo.

Acumulación de fragmentos de cerámica común romana.

Lucerna en forma de pie calzado.

Molde de arcilla cocida par fabricar lucernas.

Lucernas imperiales.

Tinaja de cerámica común usada como urna y vasitos de ofrenda.

Las pastas claras son generalmente bien depuradas y sin engobe, en tonalidades ocre o beige a naranja, y su abundancia en los yacimientos suele estar relacionada con la concurrencia de pastas barnizadas. Junto a estas cerámicas aparecen los recipientes de almacenaje y cocina, caracterizados por su carácter refractario, y por tanto por pastas ricas en desgrasantes, pastas arenosas o caoliníticas.

Vasos de almacenaje y transporte, ánforas.

Presentamos finalmente algunas producciones de las denominas paleocristianas, de origen norteafricano, con estampillados y motivos cristianos como el crismón, la paloma, o el pavo real.
Como queda dicho, serán objeto de otro artículo, por su importancia, las extensas colecciones de estatuaria, relieves y epigrafía, encuadradas dentro del esquema del mundo funerario romano.

Lucerna paleocristiana con pavo real.

Lucerna norteafricana con el Pez.

Gran fuente estampillada.

  Espero les haya gustado esta selección del Museo de Narbona.

         En breve espero poder presentarles la excepcional colección de estatuaria y lapidaria de esta gran urbe romana.

                      Fragmento de sarcófago etrusco en terracota. Museo arqueológico de Narbona.

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