Cerámicas
arqueológicas del Museo de Narbona.
Fragmentos de piezas cerámicas derivadas de la paleocristiana gris y naranja.
Narbona,
capital de la Septimania, fue una importante ciudad romana con puerto
fluvial.
El
Museo arqueológico se encuentra en el conjunto de edificio
medievales del Palacio Arzobispal, junto a los restos de un tramo de
la Vía Domitia. Sus fondos son impresionantes por cantidad y
calidad.
Pera. Fresco del Clos de la Lombarde, Narbona.
Desde
la Prehistoria, con restos del neolítico y edad del Bronce, donde
llama la atención la restitución de enterramientos de los
yacimientos de La Clapa y Bisa, hasta la edad del hierro, con
colecciones procedentes de excavaciones y colecciones privadas,
cerámicas etruscas y áticas, indígenas y campanienses, nos
conducen a las salas romanas, donde a la cerámica abundantísima se
suman, constituyendo una unidad que podría por sí misma ser objeto
de un museo separado, los restos hallados en la villa llamada Clos de
la Lombarde, o Cercado de la Lombarda, al norte de la ciudad vieja,
con numerosos restos de frescos y material edilicio.
Los restos de
las pinturas se presentan de forma didáctica abarcando los distintos
períodos de la pintura mural romana, sus materiales y técnicas,
junto a una espectacular maqueta del edificio de la villa.
Estatuaria, relieves, estelas y lápidas, que junto con la inmensa
cantidad que de estos materiales y en tamaños ciclópeos se
encuentran en un museo específico próximo, ocupando amontonados
toda una iglesia gótica, el Lapidarium, dan una idea de la
magnificencia de esta urbe romana. Algunos materiales
paleocristianos, incluyendo varios y espectaculares sarcófagos
cierran esta visita.
Una
parte notable de los materiales de la edad del hierro anterior a la
era, procede de la primitiva Narbo.
Atlet. Pieza ática importada al oppidum de Montlaurès.
Montlaurès
es un oppidum situado a cuatro kilómetros de Narbona, en un altozano
sobre la llanura del Aude, rico en agua, cuya ocupación va desde la
mitad del S. VI a.C a la mitad del I antes de nuestra era. El lugar,
capital de los elisyques, se identifica con la antigua Naro o Narbo
de las fuentes griegas, y fue un enclave donde, a través del
comercio, los indígenas se relacionaron estrechamente con
tradiciones culturales iberas, ligures y célticas.
Tinaja ibérica, zona valenciana.
Kalathos, producción ibérica catalana.
En
118 a.d.C. Los romanos fundaron la Narbona actual en un próximo
brazo del río Aude.
El
descubrimiento en 2020 de una extensa necrópolis romana en los
accesos a la ciudad, con más de 1100 nuevas tumbas, y el proyecto de
un nuevo museo de civilización romana con espacios arquitectónicos
modernos hacen que la visita a Narbona para el amante de la
arqueología romana sea un lujo.
Personaje con Cornucopia y pátera.
Clos de la Lombarde.
Intentaremos
dar una visión en secuencia cronológica de las colecciones de
cerámica, aunque el planteamiento expositivo del museo sitúa la
prehistoria en las últimas salas siguiendo su recorrido.
También
omitimos expresamente materiales no cerámicos, que para este período
en concreto son en piedra tallada y pulida, hueso, recreaciones de
tumbas múltiples en cueva y numerosos objetos en cobre y bronce, en
particular algunas magníficas hachas.
Crátera ática.
El
mismo criterio hemos seguido para los períodos posteriores,
especialmente para la época romana, donde la profusión de todo tipo
de materiales no cerámicos exigiría un planteamiento diferente del
presente artículo. Hacemos excepción de algunas pinturas romanas,
Presentaremos otro trabajo sobre el mundo funerario romano, pues el
conjunto estatuario y epigráfico lo merece por su amplitud y
calidad.
Detalle de un fresco.
Del
neolítico antiguo se exhiben materiales de las grutas de Poussaron y
La Cruzade, y del yacimiento de Leucate-Corrège.
El
neolítico medio está representado por dos culturas, Chasséen y
Bizien, representadas por los yacimientos de Langel y la Petite
Grotte de Bize.
Cuenco hemiesférico neolítico.
Fragmentos de cerámica cardial.
Decoración epicardial.
Cerámica epicardial a punzón.
Neolítico final.
Bizien.
Fragmento neolítico con asa de tubo perforada.
Neolítico medio.
Chasseense.
Neolítico medio.
Las
culturas de Saint Ponien y Verazien preceden al momento campaniforme,
edad del cobre.
Las
cerámicas de la edad del bronce se exponen divididas en sus períodos
clásicos.
Vasija del Bronce.
Las
colecciones de cerámicas importadas durante la edad de hierro no
siempre proceden de excavaciones locales, pues se agregan colecciones
en su día privadas de procedencias diversas. Comenzamos con las
producciones griegas y etruscas.
Aryballoi corintios.
Importaciones áticas de figuras rojas.
Askós de barniz negro.
El bucchero nero etrusco imitaba el metal.
Copa de pie alto en bucchero nero. Imita a la perfección la forma ática.
Enócoes etruscos.
Askós ático de barniz negro con personaje barbudo en el medallón.
Gorgona en un cílica ática de figuras rojas.
El
bucchero nero se produce en Etruria desde el 670 a.C, siendo tres sus
centros principales: Cerveteri, Tarquinia y Chiusi.
Elegantes
formas de inspiración fenicia o griega, hechas con una pasta fina,
sonora y ligera, y con un barniz de brillo matizado, sutil. Son
pastas muy elaboradas, finamente tamizadas, con desgrasantes y
fundentes. Pretende imitar el metal, y se obtiene mediante cocción
reductora.
Cílica y escifo.
Selección de fragmentos áticos con personajes.
En
una primera fase, buccero sottile, la producción es de paredes
finas, con decoraciones a base de finos incisos, ondulaciones, olas,
incluso representaciones animalísticas o antropomorfas estilizadas.
Un
fase intermedia se decoró con estampillados sutiles, sobre pastas
mas gruesas, y su cronología va del 620 al 580 a.d.C. Se denominada
Bucchero pesado.
Copa y copita en bucchero.
Enócoe y escifo en bucchero nero decorados con finos incisos paralelos en banda.
Según
la técnica se ha dividido también la producción de bucchero en
decorado a estampa, a cilindro, inciso, o, por el tipo de barniz,
translúcido.
Copa
en cáliz con omphalos central, sostenida por personajes femeninos y
esfinges. Principios del VI a.d.C, bucchero nero.
Pies de lekanes sicilianas.
Partida de un guerrero samnita en un escifo campano de figuras rojas.
Plato ático de figuras rojas.
La
cerámica campaniense se produjo entre los siglos IV y I a.d.C. en
Italia, en Sicilia, Campania, Etruria y Lazio, prolongando casi hasta
el cambio de era parte del repertorio esencial de barniz negro ático
introducido por colonos griegos.
Lucernas campanienses.
La
campaniense A se produjo en Nápoles a finales del siglo IV a.d.C.,
La B, de barniz ligeramente azulado, comenzó a producirse en el
área etrusca en torno al II a.d.C., para seguir produciéndose en
Campania y el Lazio. La campaniense C se distingue por su pasta gris,
recubierta de un barniz negro más espeso y alcanzó gran difusión
en el primer siglo antes de la era, alcanzando gran difusión.
Cuencos campanienses.
Platos campanienses.
Platos de pescado.
Las
sigillatas. Omitimos repetir la explicación y clasificación de
estas producciones que han sido tratadas en distintos artículos del
presente blog, con la excepción de las tardías.
Es
impresionante el cúmulo de piezas, literalmente apiladas, de las
producciones sudgalicas de La Graufessenque, Millau y Lezoux.
Sigillata.
Fragmento de moldes de terra sigillata.
Molde para terra sigillata.
Pies de vasos.
Producción industrial sudgálica.
Abundantísimas muestras de terra sigillata.
Literalmente, apiladas.
La marmorata es una sigillata especial amarillenta con aguas rojas.
Las
sigillatas africanas claras C y D.
De
pastas arenosas, anaranjadas a rojizo oscuro, y un recubrimiento del
mismo color de calidad variable.
Cerámica africana de cocina.
A
partir del siglo II d.C., las provincias romanas de Tarraconense,
Bética y Narbonense conocen un momento de debilitamiento económico
y, simultáneamente se produce un vigoroso despegue del área
norteafricana. Parece que allí se cargaban los barcos con estas
vajillas de mesa completando cargamentos de vino, aceite, trigo,
garum, etc.
Las áreas de producción fueron dos, y sus productos se
denominan sigillatas africanas claras C Y D. La C ese produjo en el
interior de Túnez, y la D, más tardía, llegando hasta el s. IV de
la era, en Cartago.
Las
producciones galas tardías son de pasta beige a naranja rosado, a
veces con lametones de quemado. Su producción se centró en el
Macizo Central, Rhone y Saboya.
Cerámica local tardía imitando producciones anteriores.
A
finales del siglo IV, artesanos locales de Languedoc inician la
producción de cerámicas engobadas y decoradas con punzones o
estampillas. En el entorno de Narbona han aparecido numerosos
ejemplares de estas producciones, caracterizadas por la riqueza
decorativa.
Producciones de Languedoc, trabajadas con estampillado.
Producciones tardías. Copas â marli, de borde horizontal y profusamente decoradas a punzón.
Cerámica estampillada tardía con lametones de fuego.
Tinaja urna.
Además
de las producciones romanas descritas, convivieron con ellas otras
producciones denominadas genéricamente cerámicas comunes. De entre
ellas destacan dos: las de paredes finas y las de pastas claras.
Cerámicas comunes romanas.
Vasitos de ofrenda.
Se
llaman de paredes finas vasos cuyo espesor no pasa de un milímetro,
generalmente cuenos y vasos. Su aspecto puede ser muy variado, los
hay arenados, decorados a la barbotina, de pasta gris o negra o
amarilla a blanca, como los producidos en la Bética. El centro
productor inicial se localiza en Italia central, aunque hay
producciones galas o hispanas. Se difunden en el siglo I para ir
desapareciendo paulatinamente a los largo del segundo siglo.
Acumulación de fragmentos de cerámica común romana.
Lucerna en forma de pie calzado.
Molde de arcilla cocida par fabricar lucernas.
Lucernas imperiales.
Tinaja de cerámica común usada como urna y vasitos de ofrenda.
Las
pastas claras son generalmente bien depuradas y sin engobe, en
tonalidades ocre o beige a naranja, y su abundancia en los
yacimientos suele estar relacionada con la concurrencia de pastas
barnizadas. Junto a estas cerámicas aparecen los recipientes de
almacenaje y cocina, caracterizados por su carácter refractario, y
por tanto por pastas ricas en desgrasantes, pastas arenosas o
caoliníticas.
Vasos de almacenaje y transporte, ánforas.
Presentamos
finalmente algunas producciones de las denominas paleocristianas, de
origen norteafricano, con estampillados y motivos cristianos como el
crismón, la paloma, o el pavo real.
Como
queda dicho, serán objeto de otro artículo, por su importancia,
las extensas colecciones de estatuaria, relieves y epigrafía,
encuadradas dentro del esquema del mundo funerario romano.
Lucerna paleocristiana con pavo real.
Lucerna norteafricana con el Pez.
Gran fuente estampillada.
Espero les haya gustado esta selección del Museo de Narbona.
En breve espero poder presentarles la excepcional colección de estatuaria y lapidaria de esta gran urbe romana.
Fragmento de sarcófago etrusco en terracota. Museo arqueológico de Narbona.
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