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domingo, 11 de junio de 2017

Reproducciones arqueológicas en cerámica: un aprendizaje continuo.

 Reproducciones arqueológicas en cerámica: un aprendizaje continuo.

Cerámica medieval hispano árabe, reproducciones del autor.

En la presente entrada presento algunas réplicas realizadas por encargo en las últimas semanas. Hay algunas piezas del neolítico cardial, algunas campaniformes de estilo Ciempozuelos, algo púnico y también medieval hispano árabe.

Selección de arcillas. Mezcla para tamizar, diluir, decantar, y amasar.

La prospección y recolección de arcillas siempre es grata.

A menudo los encargos proceden de empresas dedicadas a museografía: exposiciones, centros de interpretación. Otras veces es la didáctica: colecciones para mostrar a visitantes, casi siempre colectivos de estudiantes. Hoy la didáctica forma parte del sentido de los Museos. 


Pintando cerámica andalusí con manganeso.

No basta presentar colecciones, aun de forma bien explicada y comprensible al público. De entre las actividades que llenan -o deberían hacerlo- la vida de un Museo, la didáctica arqueológica es muy importante. El valor de lo que allí se restaura, almacena y conserva, y se muestra, es dependiente de la capacidad de ser apreciado socialmente. 

Impresión de un vaso geminado neolitico cardial con concha.

Adquiere su sentido último cuando el visitante descubre en los objetos la Historia, propia o ajena, accede a un conocimiento que está implícito en los objetos que reflejan modos de vida de sociedades antiguas. A veces no está disponible un objeto de cerámica original allí donde se encontró (los Museos provinciales conservan piezas de toda la provincia). 


Decoración impresa con cardium de una réplica cardial.

Otras veces, sencillamente, no existe un Museo, se opta por hacer accesible un yacimiento arqueológico en su integridad, para darlo a conocer, conservarlo mejor, ponerlo en valor. Allí es necesario mostrar de algún modo los objetos que se han obtenido en las excavaciones, y que a menudo están expuestos al público o almacenados en dependencias de otros museos. 

Cuenco cardial con asa. Acabados.

Estos Centros de Interpretación proporcionan al público una información más amplia, no solamente objetual, del habitat: muestran sus restos, el entorno físico, las sucesivas ocupaciones... Las réplicas de los objetos allí encontrados son imprescindibles para la mejor comprensión de lo que se muestra. 

Reproducción de un vaso cardial. Preparación para la incrustación de pasta blanca.

Otras veces los planteamientos didácticos están desvinculados de un yacimiento en concreto: se centran en presentar un período, o una cultura, o un área geográfica, o tienen un sentido temático. Para ello no es fácil ni viable reunir piezas originales dispersas, a menudo delicadas y valiosas, por lo que se recurre a reproducciones.

Pátinas sobre la pieza bruñida e impresa. Réplica de botella cardial.

Otro apartado es la difusión. Hay particulares entusiastas del coleccionismo de réplicas, y hay quien valora el objeto artesano y cargado de referencias históricas como objeto netamente cultural.

Réplica de botella cardial terminada.

En todo caso, nunca se sabe cuándo alguien puede recurrir a solicitar un presupuesto y, en su caso, encargo, de replicar unas cerámicas arqueológicas. Y, en cada caso, con requerimientos distintos en cuanto a fidelidad, por su relación con el coste del objeto. No comporta el mismo trabajo hacer objetos tipo, o de inspiración, no sujetos a condicionantes técnicos específicos, que hacer una réplica con sus medidas, su pasta cerámica, su decoración, su aspecto final... 


Bruñido interior de una cazuela campaniforme.

Todo ello se traduce en que trabajo en varias cosas a la vez, muy dispares en cuanto a su técnica. Puedes estar intentando lograr un mejor barniz verde de cobre para un candil andalusí de pie alto, y a la vez buscando los desgrasantes más adecuados para una cerámica del bronce levantada a mano. 


Reproducción de un vaso campaniforme inciso tipo Ciempozuelos.

Arcillas distintas, arenas, óxidos, engobes, torneado o alzado a mano, pulidos, bruñidos, decoraciones, cubiertas, acabados... a veces parece que vas saltando de una época a otra, de unas a otras técnicas, en cuestión de horas. Lo que no siempre es fácil. 


Tarea paciente y precisa pero gratificante. Vaso de Ciempozuelos. Réplica del autor.

Pero si te gusta de una manera vocacional, el continuo manejo de publicaciones, fotografías, visitas a museos, experimentaciones..., es una tarea muy gratificante, llena de positividad, de un interés que se acrecienta día tras día, que no fatiga. Y se nutre de lo que uno va haciendo, mejor o peor. La obra de las propias manos produce un efecto siempre estimulante.


Vaso, cuenco y cazuela campaniforme de Ciempozuelos.


Vaso campaniforme.


Técnica de decoración incisa y pasta incrustada.


Cerámica del bronce del Tabayá de Aspe, reproducciones.
Cerámica andalusí, réplicas del autor.


Jarra islámica medieval. la calidad del barro en este caso, junto con los acabados, proporciona a la pieza un aspecto de jarra original.


Reproducciones fenicias del autor.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Cerámica andalusí y vida cotidiana en Murcia. Algunas cerámicas islámicas del Museo de Santa Clara.

 
Cerámica andalusí y vida cotidiana en Murcia. Algunas cerámicas islámicas del Museo de Santa Clara.

  Jarrita esgrafiada sobre óxido de manganeso.

El Museo de Santa Clara se encuentra en pleno centro de la ciudad de Murcia y ocupa parte del Real Monasterio de Santa Clara, clausura donde residen las Hermanas Pobres de la Orden de Santa Clara. El complejo arquitectónico que integra el museo constituye uno de los conjuntos monumentales más destacados de de Murcia.
Dice la historia que extramuros de la Medina de Murcia el rey murciano Ibn Mardanís, el rey Lobo, edificó una residencia de recreo que llamó Al Dar Sugra, o Alcazar Seguir. Los almohades lo arrasaron a comienzos del siglo XII. Medio siglo más tarde fue reedificada por Ibn Hud Mutawakkil, pasando a denominarse el Alcázar Hudí. 

 
Cerámica verde y morado.

De residencia palacial de recreo de la nobleza durante los siglos XII y XIII pasó a ser, desde el XIV, edificio religioso y convento de clausura, cuya dilatada vida ha permitido la conservación de este patrimonio.

Cuerpo globular de una botella califal. La producción califal decorada con esmaltes verde de cobre y óxido de manganeso sobre barniz blanco de plomo está ampliamente difundida en el territorio de Al Andalus.
 
Junto a un gran patio del siglo XIII, con una gran alberca, y la recreación de un jardín árabe, en un ala se disponen las colecciones visitables. En el piso alto, coro gótico de la Iglesia contigua, obras de arte sacro, destacando un imponente Crucificado de Salzillo. En la baja, llamada Sala Tudmir, una colección de restos de la cultura hispano árabe murciana: arquitectónicos, yeserías, epigráficos y numismáticos, … de distintos lugares de la geografía regional, completando para el período medieval las colecciones del Arqueológico Provincial.

                                Ataifor epigráfico califal murciano, con paralelos cordobeses.

Se expone una amplia representación de cerámica característica de este período: desde las primeras producciones con decoración verde manganeso, de época califal, a las espléndidas jarras esgrafiadas de los siglos XII- XIII, así como ajuares utilitarios y sencillos propios del ámbito doméstico andalusí.

Vasito y redoma con vidriado melado. Estas piezas formarían parte del ajuar de mesa más común.

                                                   
                        Candil de piquera sin decorar elaborado con abundante desgrasante grueso.

                           Cuenco de ala y repié decorado con pequeños trazos de manganeso.

     Candiles de piquera de las Claras de Murcia, barro muy claro y decoración de trazos de óxido de hierro en disco y borde de la piquera. La forma y decoración del que aparece en primer plano es casi idéntica a un ejemplar hallado en la Rábita califal de Guardamar del Segura.

Candil múltiple hispano árabe de Murcia. Sobre el cuerpo discoidal torneado y cerrado en cono, el alfarero pegó cuatro piqueras levantadas para evitar que se derramase el aceite, y sobre cada unión modeló un murete o espejo protector, que evita el riesgo de verse la pieza entera envuelta en fuego si el aceite se desparrama. estos espejos han sido decorados con tres almenillas talladas a cuchillo. La terminación mediante talla se aprecia también en las piqueras.

Una pieza singular procedente de Monteagudo. Un modelado arquitectónico semejando un patio central con un ala cubierta a cada lado, y dos torres sobre la mitad de estas cubiertas aterrazadas, sirve de reposadero de dos jarritas esgrafiadas y pintadas al manganeso. El agua que rezumaba quedaba en el reposadero que servía de bebedero de pájaros. La decoración de la arquitectura combina incisiones e impresiones. 

Detalle de la decoración epigráfica esgrafiada sobre el manganeso antes de cocer, y leyenda esquematizada pintada con el mismo óxido en el cuerpo de la jarra. Asas arrolladas. Procede de Monteagudo, Murcia, otro conjunto palacial, y se expone en el Museo de Claras.


Detalle de la decoración incisa e impresa del soporte arquitectónico o maqueta.

Las terrazas del reposadero tienen una perforación de recogida de agua y se sustentan mediante una columnilla central.

Precioso ejemplar murciano de cuerda seca parcial, jarra de dos asas de cinta, cuerpo globular con pie de anillo,  y cuello muy esbelto dividido en frisos decorativos, ajedrezados y leyenda epigráfica delimitadas con manganeso y rellenos de esmalte de cobre.

                                                 Cántaro con digitaciones de manganeso.

Al final se exponen cerámicas mudéjares de transición entre el mundo medieval islámico y el cristiano.

Jarritas hispano árabes.
Hemos reservado para el final esta evotadora muestra de pintura mural, temple sobre estuco,  una rareza por tratarse de representación de un rostro, un flautista, y, además de gran belleza en el trazo y colorido.


Adaraja o  ladrillo superpuesto en el muro y destinado a servir de trabazón con distintos fines, que perteneció a una cúpula de mocárabes del palacio del Rey Lobo, datado en la segunda mitad del XII.                                                         
                                 Flauta hispano árabe torneada en hueso. Museo de las Claras, Murcia.